
15/02/2024
Algunos días simplemente hay que olvidarse de la "curación".
Tienes que dejar de intentar sentirte mejor, de intentar superar tus heridas emocionales o de intentar estar en cualquier otro lugar que no sea donde estás.
Tienes que aceptar el día tal como es.
Y hay que darse el permiso más sagrado de todos:
Destrozar.
Romper.
Ser un desastre feo.
Inclinarse hacia un lugar de absoluta humildad e impotencia en uno mismo.
Gritar al cielo: “¡No puedo hacer esto!”
Admitir la derrota total
en la perdida de la vida
habías imaginado.
Desmoronarse hasta el suelo, solo, desesperado y profundamente arruinado.
Incluso querer morir.
Y allí, en los lugares más oscuros, en la negrura del inframundo, podrás empezar a redescubrir... la vida.
Y aprende a amar los comienzos. Un reinicio sagrado:
Un solo suspiro.
La forma en que el sol calienta tu cara.
El sonido de un pajarito cantando en el árbol de allí.
La cruda simplicidad de un solo momento de la existencia humana.
El in****no ha sido transmutado, a través del amor y la paciencia.
Has descubierto la plenitud en tu quebrantamiento.
Has abandonado tu idea de "curar",
y has descubierto algo
infinitamente más curativo:
Tu yo auténtico.
Hermoso
y verdadero
y absolutamente irreparable.
-Jeff Foster-