Hospital Interzonal General de Agudos “Eva Perón” de San Martín, fundado en 1954. Desde siempr
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En un principio, la Fundación Eva Perón vino a reemplazar a la Sociedad de Beneficencia que, intervenida por el Decreto 9412 del año 1946, termina siendo una dependencia de la Dirección de Asistencia Social de la Secretaría de Trabajo y Previsión en 1948. La fundación exaltaba en consonancia con la política asistencial del Gobierno Nacional los principios de justicia y dignidad. Para recuperarla, consideraba que el pobre debía recibir el reparto justo de los bienes y servicios que el mismo ayudó a crear. Esta posición deja como saldo en el marco de los dos primeros gobiernos peronistas, la función de asistir socialmente a los sectores más necesitados de la población en las manos casi exclusivas de la Fundación, con el auxilio del gobierno.
En la Argentina la segunda mitad de la década del cuarenta se caracterizó entre otras cosas, por haber sido el inicio de una etapa en que la salud fue asumida como un deber del estado y como un derecho de la ciudadanía. Aparecieron entonces, políticas de salud que tenían como principal objetivo asegurar el acceso a la atención de todo el pueblo argentino.
En los años cincuenta, nuestro país incorporo una poderosa infraestructura sanitaria pública y la esperanza de vida al nacer, como los índices de la mortalidad infantil eran similares a las existentes en los países más avanzados de Europa. La velocidad que se le imprimió al desarrollo en esta materia y los inmediatos resultados fueron mayores. cuantitativa u cualitativamente. Comparados con el también flamante sistema de Reino Unido.
El modelo de atención del esquema de carrillo era preciso. Habría un único seguro de saludo para toda la población donde la puerta de entrada al sistema estaría integrada por consultorio médicos independientes pero contratados por el Estado, luego habrá Centros de Salud que además de la atención ambulatoria en diferentes especialidades, desarrollarían actividades de prevención, educación y serían agentes de los programas de salud pública. Por último, se llegaría a verdaderas “ciudades hospitales” que integrarían los mayores recursos y tecnologías disponibles.
