
17/06/2025
"La madre es la vida y el padre es el mundo". Bert Hellinger
El corazón del hijo ama exactamente igual a su madre y a su padre, pero el amor del padre al hijo y del hijo al padre pasa antes por madre.
Es decir, la madre es un puente entre ambos.
Si la madre da el permiso al padre, permite el acceso y la conexión con el hijo.
Es esencial comprender que el padre nos abre al mundo, a lo material, a lo práctico, a lo tangible, a lo concreto.
Del padre se toman cualidades como la voluntad, la acción, los límites, la disciplina, la decisión, la responsabilidad y la capacidad de organización.
El padre da la fuerza para el estudio, la profesión y nos conecta con el mundo del trabajo, con el éxito en nuestros proyectos y con el reconocimiento externo.
Cuando transitamos por la vida sin éxito profesional, cuando nos cuesta reconocer nuestro valor o merecimiento y nos falta fuerza para asumir nuestros proyectos y propósitos, deberíamos mirar desde nuestro corazón de hijos como está realmente nuestra relación con papá.
Haya sido como haya sido, nuestro padre humano e imperfecto, es el único y el correcto para nosotros, porque solo él pudo darnos la vida.
Así que nuestra mayor tarea de adultos es poder aceptarlo y darle un lugar en nuestro corazón de hijo, más allá de mamá y de sus dificultades como pareja.
Para poder tomar en nuestro corazón su bendición, que es la presencia protectora que nos abre a la vida y al mundo con fuerza y convicción.
"Mamá yo también necesito a mi papá, lo que viene de él, también es bueno para mí".