14/07/2020
Venimos hablando en los últimos posts de la agresión sexual infantil y las características del agresor. Hoy vamos a hablar de algunas cuestiones relacionadas con las víctimas de estos hechos traumáticos, muchas veces de difícil detección.
Este tipo de agresiones son desubjetivantes para el niño/a (ya que produce un quiebre en el psiquismo del mismo y despierta defensas masivas), además hace que atraviese un doble proceso de victimización: la victimización primaria (la agresión sexual en sí misma) y la victimización secundaria (de acuerdo a la reacción social, familiar, institucional, si es que en alguno de estos ámbitos al niño/a se lo escuchó).
La víctima, ya sea por miedo o por estar corrompida por la situación, responde a la imposición del secreto que le indica el agresor, quedando atrapada en una trama vincular (sexualizada o ge***alizada) que hasta incluso provoca que en casos denunciados, el niño/a se desdiga o se retracte de lo denunciado por la culpa que el agresor le generó con la contradicción de ser en un primer momento un referente de confianza para ese niño/a y luego agredirlo físicamente.
Además en muchos casos se aumenta en las víctimas la vulnerabilidad cuando hay poca supervisión de los padres o encargados, o cuando hay experiencia previa en situaciones de maltrato domésticas, o en situaciones de abusos familiares anteriores, etc… No obstante, en cualquier ámbito y estrato socio económico, puede estarse expuesto ante estos agresores sexuales.
Por ejemplo en el Grooming: que es una modalidad delictiva de explotación sexual virtual con niños/as que se ha ido actualizando conforme a las nuevas plataformas de comunicación (mail, mensaje de texto, Whats app, Messenger de Facebook, Instagram, etc…). Consiste en un chat con niñ@s en el que se le solicita material de explotación sexual infantil, o bien se lo introduce a una red de explotación sexual infantil, etc…
También es importante agregar que Síndrome de Alienación Parental ES FALSO,ya que se trata de un constructo de ideas inventado en 1985 como instrumento de defensa de padres incestuosos.
Considerando lo expuesto, es importante tratar de hablar con nuestros niñ@s del tema, enseñándole la importancia de la intimidad del propio cuerpo. También estar atentos a cambios de comportamiento, a la aparición de síntomas repentinos, excesivo apego, temor a estar solo, comportamientos sexuales de información experiencial (no de exploración), cambios en el rendimiento académico, retraimiento en la relación con los demás, suscitación de estados de alerta, desconfianza, etc… Es muy importante aclarar que es necesario ver la singularidad del caso por caso y que el hecho de que se presenten alguno de los cambios mencionados, de por sí solos, no tiene porqué ser exclusivos indicadores de una agresión sexual, pueden por ejemplo hasta tratarse de rasgos de carácter. Es por ello que ante cualquier duda, siempre primero es recomendable hacer la consulta con un profesional especializado en el tema.
A nivel más abarcativo, es importante que se continúe trabajando en políticas de estado para niñ@s, padres, escuelas e instituciones; políticas públicas que se adapten a las nuevas tecnologías a través de las que se infiltra grooming, por ejemplo.
Para terminar, es importante recordar que ante estos hechos, jurídicamente el niño/a tiene doble protección: como víctima y como niño/a.