04/12/2022
Las esencias florales de Bach tratan principalmente los "padeceres" emocionales de la persona frente a un asunto, no el asunto en sí (el "cómo lo vive" y no el "qué").
Esto es, si la persona tiene "unos kilos de más" y lo vive bien, no se requiere de ninguna esencia floral; en todo caso puede ser un síntoma de salud emocional en un mundo tan influido por la imagen. Tampoco es una cuestión objetiva, ya que por ejemplo una bella mujer con un cuerpo espléndido puede tener una relación de "dolor" con la alimentación y con su imagen.
La forma en que nos relacionamos con la comida está muy conectada con nuestro mundo emocional, es por ello que las dietas fracasan o, como mucho, producen mejoras temporales, porque están dirigidas al síntoma y no a la causa.
Nuestro cuerpo es un organismo que se pone en marcha gracias al alimento físico, la comida, y al alimento emocional, el amor, el afecto. Si esto último falla, la mente busca canales para expresar su malestar.
La compulsión ante la comida, la inapetencia, la necesidad de perder peso, la incapacidad para ganarlo o cualquier desorden alimentario son algunos de los canales que nuestra mente utiliza para avisarnos que algo no marcha como debiera.
A veces recurrimos a la comida para sentirnos mejor cuando nos sentimos, por ej., frustrados, ansiosos o solos. La tristeza o la rabia son emociones que nos pueden llevar a comer sin tener hambre o a no comer cuando deberíamos hacerlo.
"Es inútil, perder tiempo y energías controlando obsesivamente la dieta cuando el conflicto se desarrolla en el mundo de los afectos. (...) La boca que se cierra y se abre a la comida es la misma boca que quiere hablar.
Desamor, abandono, culpa, rabia, celos, rivalidad, angustia o tristeza son algunos de los sentimientos que pueden estar intentando expresarse a través de los conflictos con la alimentación. Cuando nuestra boca no pronuncia lo que sentimos,
traga para aliviar la tensión emocional. Los trastornos alimentarios aparecen cuando intentamos tapar con la comida conflictos que no podemos resolver de otra forma (...) cuando un abismo separa lo que somos de lo que nos gustaría ser".
* "La alimentación emocional", Isabel Menendez