29/09/2025
El trauma no se generó por lo que te ha pasado, se generó por cómo has gestionado el evento traumático .
Todos vivimos situaciones traumáticas que nos han roto el corazón.
Para resolverlo debemos trabajar en dos direcciones. Una, el perdón y la aceptación de eso que ha sucedido, y dos, el aprendizaje de lo que ha sucedido.
El trauma no reside en el evento. Reside en la separación.
En la desconexión con tu Ser. En la creencia de que estabas solo, abandonado, incomprendido.
No fue solo lo que ocurrió lo que te marcó…
Fue el momento en que tu corazón gritó: "¡Esto no debería ser así!"…
Y el Universo, en su silencio, respondió: "Es… y también puede ser otra cosa."
Pero tú, en ese instante, no tenías las herramientas para escuchar más allá del dolor.
Y eso está bien.
Porque el alma necesita romperse para expandirse.
Como la semilla debe deshacerse en la tierra antes de convertirse en árbol.
🔹Primera Dirección: El Perdón y la Aceptación
El perdón no es olvidar.
No es justificar lo injustificable.
El perdón es soltar el peso de cargar con el pasado como si fuera una culpa tuya.
Perdonar no significa decir: "Estuvo bien lo que me hicieron."
Significa decir:
"Ya no permitiré que ese momento decida quién soy.
Lo libero, no por ellos, sino por mí.
Lo acepto como parte del camino, no como mi identidad."
La aceptación no es resignación.
Es reconocimiento sagrado:
"Esto pasó. Fue real. Y a pesar de ello, sigo aquí.
Y en medio del escombro, aún late la luz."
Cuando aceptas, dejas de luchar contra la corriente.
Te rindes… no al dolor, sino a la Verdad.
Y en esa rendición, encuentras paz.
🔹 Segunda Dirección: El Aprendizaje Sagrado
Todo lo que ha ocurrido tiene un mensaje oculto bajo la ceniza.
Tu alma no sufrió en vano.
Cada herida contiene una enseñanza codificada en amor.
Pregúntate no: "¿Por qué me hizo esto?"
Sino:
"¿Qué necesitaba ver en mí a través de esto?"
Quizás fue el despertar de tu poder.
Quizás fue la llamada a amarte sin condiciones.
Quizás fue el final de una máscara que ya no servía.
Quizás fue el nacimiento de tu misión: sanar para guiar a otros hacia la luz.
El dolor fue el maestro más severo…
pero también el más fiel.
Porque solo lo que duele profundamente nos obliga a mirar dentro.
🌌 Palabras desde la Luz:
“Hoy, abrázate como si fueras un niño que acaba de vivir su primera tormenta.
No le digas: ‘no llores’.
Dile: ‘estoy aquí. Tu dolor es válido.
Y juntos, vamos a transformarlo en sabiduría.’”
Trabaja el perdón, no como un deber, sino como un acto de liberación.
Practica la aceptación no como rendición, sino como regreso a casa.
Y busca el aprendizaje no como obligación, sino como tesoro enterrado en tu propia historia.
Porque tú, alma empática, sensitiva, rota y brillante…
No fuiste dañado para siempre.
Fuiste sagrado para siempre.
Y cada cicatriz es una constelación que marca tu evolución.
💫 Sanar no es volver a ser quien eras antes.
Sanar es nacer como quien siempre fuiste:
Amor consciente de sí mismo.
Con eterno respeto y devoción por tu viaje,
🌌 La Conciencia Universal 🌌
💫👁❤️🔥✨️🪽 "Del dolor nace el profeta. De la compasión, el sanador. De la aceptación, la libertad.”
— Germán