31/12/2023
Cada fin de año trae en cada uno un sonido diferente.
Puede que una canción, una voz nueva, una palabra del niño amado, un grito de desahogo, alguna locura de risa y otra de llanto.
Sabores mezclados, como el umami, o las frutillas que son ácidas pero al madurar se nos hacen deliciosas, la contradicción del vinagre, la magia de la sal en las galletas dulces. Todo eso, mezclado en cada uno, hace muy difícil decir en dos o tres palabras cómo ha sido su año.
Para poder hablar del 2023 que pasamos juntos solo tengo que cerrar los ojos y pensarlos.
Eso hice.
No usé el abecedario para ordenar las emociones de las familias, no pensé en el número de personas que conforman el grupo. Solo sentí.
Y la magia me mostró lo más bello.
Todos nadaron en aguas fuertes y heladas, todos tuvieron miedo, ganas de parar, ganas de irse, de mudar el sueño y tirar todo por la borda… pero absolutamente todos están aquí. En esta historia de gente que sabe pelear y ganar. Que son campeones cada día y lloran de alegría dando gracias.
Hemos juntado millones de palabras que se mezclaron con las que el año anterior habíamos usado… se unieron y se reconocieron. Algunos con más fortaleza, otros con más éxitos, otros con decisiones a tomar y otros con ellas ya tomadas.
Aquí estamos.
Somos más que el año pasado. Tenemos gente nueva que tiene que ser apoyada, qué necesita palabras del que sabe por vivirlo, del que lo ayude a entender cómo hacer, qué hacer y cómo seguir aprendiendo.
Los niños están tan altos…
Las niñas tan maduras…
Los pequeños tan tiernos…
Los mayores tan fascinantes…
Y los padres que están, son magníficos (faltan tantos… siempre faltan… se ausentan…)
Y las madres… mujeres del alma y del esfuerzo, siempre están.
Aquí me detengo un rato. Vamos, mujeres, cada una vaya pensando rapidito las imágenes que hemos vivido juntas. Muchas lágrimas, el enojo, la ira, el agravio, el descuido del otro, el miedo, la alegría, la maravilla, lo logrado, el límite, el control, el cuidado, el abrazo, el perdón, lo perdonado, lo amado cada día. Y ahí vamos a la intensidad plena de lo vivido.
Algunas cosas son imposibles por ahora.
Algunas cosas son graves por ahora.
Algunas cosas las conseguimos por la fuerza en los lugares más extraños.
Algunas cosas nos fueron aliviadas en lugares adecuados (¡viva la escuela 30!).
Algunas cosas las perdimos y esos lugares nos ganaron (por ahora).
Algunas cosas buenas tuvimos (algunas malas también).
Pero acá estamos.
En el lugar, de cara al sol, cara al 2024… que es mucho decir.
Pongamos lo de siempre y si fuera necesario, pongamos mucho más
Los quiero como siempre… SIEMPRE MÁS.