Introducción
Ante el propósito de dar a conocer las características, cualidades y posibles mecanismos de acción de una terapéutica, que al momento resulta de uso no convencional, nos enfrentamos a un obstáculo, el cual procuraremos superar, que es el escepticismo. Ya en 1927 el profesor Gregorio Araoz Alfaro decía: "Nada hay más Perjudicial para el médico que la convicción de su propia suficiencia. El que se cree en posesión de la verdad definitiva, descansa en el error tranquilo y seguro"
Por otro lado, el tratamiento HANSI cumple con la regla que nosotros creemos principal para la práctica médica que es "Primun non nocere" cosa que ha quedado demostrada en estudios realizados por su descubridor en animales, por la Universidad de Buenos Aires, y por el laboratorio del Instituto Nacional de Farmacología, estudios en los que se basó el Ministerio de Salud y Acción Social, para, en Agosto de 1990, por medio del ministro, Eduardo Bauzá y el subsecretario de Salud Pública Daniel Perlutzky, permitir el uso, consumo y venta del producto; afirmando además que dicho producto es inocuo y esta libre de efectos secundarios o colaterales. Esta regla se sigue manteniendo al día de hoy por miles de pacientes tratados en diferentes partes del globo. Esto ha ocurrido a pesar de utilizar la vía parenteral de manera diaria; con una incidencia de abscesos o complicaciones prácticamente nula, y por ende, menor a la habitual para esas vías.