Lía Goren - Awayo

19/04/2025

LOS CASTIGOS NO AYUDAN
Las experiencias infantiles adversas afectan a nivel biológico, emocional y mental. Ellas producen un estado de estrés tóxico, responsable conductas que luego son causal de estigma y maltrato.

https://liagoren.wordpress.com/2016/05/26/los-castigos-no-ayudan/


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Las experiencias infantiles adversas afectan a nivel biológico, emocional y mental. Ellas producen un estado de estrés tóxico, responsable conductas que luego son causal de estigma y maltrato.

05/04/2025

Las experiencias infantiles adversas afectan a nivel biológico, emocional y mental. Ellas producen un estado de estrés tóxico, responsable conductas que luego son causal de estigma y maltrato.

Las experiencias infantiles adversas afectan a nivel biológico, emocional y mental. Ellas producen un estado de estrés tóxico, responsable conductas que luego son causal de estigma y maltrato.

03/04/2025

Lo que me parece interesante de la situación como para dedicarle espacio en mi blog radica en el dilema que se nos presenta a los adultos cuando quedamos divididos entre respetar el derecho a elegir de los chicos (qué, cuándo y cómo) y los que nosotros sabemos o creemos que es bueno para ellos.

Hace un tiempo y entre otros temas de consulta, una pareja se preguntaba cómo convencer a su hijo pequeño para que asista a las clases de fútbol. El año anterior las había disfrutado mucho y ese añ…

25/03/2025

Adolescencia
Cuando leo una nota y me encuentro con las preocupaciones, ideas y recomendaciones en las que insisto desde hace tantos, tantos años. Comparto cada palabra y todas las preocupaciones allí expresadas.

Te la recomiendo esta nota y si, como sugiere el autor, querés consutlar para que los problemas no escalen o para evitar que aparezcan, comunicate.

Los chicos sufren en silencio, mientras los adultos somos espectadores de una realidad que desconocemos. Cómo estar cerca para cuidar y lejos para no asfixiar.

18/02/2025

“Não podemos fazer as crianças aprenderem, mas podemos deixá-las aprender”.

Essa frase surpreendente está no livro “O jardineiro e o carpinteiro”, de Alison Gopnik.

Vamos entender? Toda a internet parece gritar que se os pais seguirem recomendações e usarem as “técnicas” certas, eles podem determinar o destino de seus filhos. Isso envolve estudos, vídeos, manuais, além de atividades extracurriculares para acelerar o aprendizado, para “formar” um adulto “bem-sucedido”.

Numa cultura obcecada por resultados, criar filhos tornou-se um trabalho sob alta pressão, onde nosso papel pode ser excessivo e controlador. Mas a autora mostra que, principalmente nos primeiros anos de vida, basta garantir um ambiente seguro, estável, estimulante e acolhedor para que a criança tenha a chance de imaginar e aprender, e assim desenvolver seu pleno potencial. Elas são aprendizes natas: curiosas, observadoras, sempre processando informações, criando soluções. “Essa liberdade para criar a partir da experiência e das brincadeiras é fundamental para o desenvolvimento cognitivo e emocional. Foi isso que levou nossa espécie adiante”, diz Alison.

A cultura da parentalidade nos empurra a sermos “carpinteiros”: compramos ferramentas para moldar o filho à imagem de um resultado que nós projetamos - e que pode não ter nada a ver com ele/ela. Pressionados a atingir nossos objetivos, não os aceitamos como são, e os forçamos a serem quem não são - o que pode ser perigoso.

Em vez disso, você pode ser uma “jardineira”: que observa a planta, cria o ambiente propício para seu crescimento, retira ervas daninhas, põe um adubo aqui, faz uma poda ali. Mas deixa que a planta cresça como é, que floresça pela sua própria potência de vida.

O melhor dessa postura é a leveza que ela oferece. Não é só você que vai determinar o futuro do seu filho. O que você faz é importante, claro, mas são muitas as influências que ele terá ao longo da vida, inclusive a herança genética, a cultura, a escola e muito mais. Nosso papel pode ser mais simples e tranquilo: prover um ambiente de estímulos adequado e, sobretudo, de afeto, respeito, aceitação e acolhimento.

E na sua família, é mais jardinagem ou carpintaria?

24/01/2025

ENSEÑA COMO UN COLIBRÍ (NO COMO UN HELICÓPTERO)
Darles a los niños en edad preescolar la libertad de elegir qué aprenden y cómo lo aprenden fomenta la curiosidad y la independencia en el aula.

Giving preschoolers freedom to choose what they learn, and how they learn it, fosters curiosity and independence in the classroom.

18/01/2025

"Palabras semilla"
un libro para tener en cuenta a la hora de reonocer el valor y el impacto de las palabras y los gestos en nuetras relaciones entre adultos, adultos con los niños y niñas y las relaciones entre ellos.

“Palabras semilla”, la obra de Magela Demarco y Caru Grossi se ubica como recurso indispensable para impulsar cambios positivos en las dinámicas educativas y sociales de la sociedad

04/10/2024

En esta entrevista se habla mucho más que de dislexia. Aparece el lado oscuro de las escuelas y la docencia cuando tienen que afrontar la diversidad y encarar amorosa y creativamente a los estudiantes y a las madres y los padres.

Es un tema que siempre se cruza cin las familias que me consultan. Por eso valoro la conversación de este video. Madres de niños diferentes compartiendo sus experiencias.

En "Chat de Mamis" María Julia Oliván (border periodismo) entrevista a la ex modelo Marina Vollmann, autora de "Yo disléxica". Marina cuenta su historia con la dislexia y la actividad que lleva adelante para concientizar y sensibilizar sobre el trastorno de aprendizaje que tienen millones de personas en todo el mundo. Además, ofrece herramientas para afrontar la etapa escolar: "Yo me enteré a los 40 años, y eso me hizo recordar el bullying que sufrí en el colegio".

👇🏼CONVERTITE EN MIEMBRO DE BORDER 👇🏼:https://www.youtube.com/channel/UC_J368jRtGUPIjl0NZzW0Sg/joinLa ex modelo Marina Vollmann, autora de "Yo disléxica",...

26/09/2024

🍁🍁  Necesitamos sentirnos queridos, no obedecidos.

Que alguien me obedezca no significa que me quiera, quizás simplemente me teme.

Que alguien no me obedezca no significa que no me quiera, simplemente quiere otra cosa.

Así solemos normalizar la convivencia: la manera correcta de vivir es como yo creo que se debe vivir, y los que no vean las cosas como las veo yo están equivocados.

Cuando una madre o un padre asumen esta manera de pensar, entienden su función parental como “imposición de una visión” y los “buenos” hijos e hijas deben asumir como mandato (eso es la obediencia) el vivir de acuerdo a esa visión. Creen, incluso, que es su manera de quererlos, lo hacen “por el bien de ellos”.

En la convivencia familiar se juegan todo el tiempo las necesidades y la manera de hacer las cosas de cada uno de sus integrantes. Tenemos que poder conversar, considerar y negociar todas estas diferencias.

Esta reflexión se relaciona con la consulta que me hizo un padre que tenía problemas de ira con su familia. Sus demandas se relacionaban con sus necesidades respecto del orden y cómo debía ser vista “su” casa. El no entendía por qué a los demás no les molestaba lo que a él y lo vivía como una afrenta personal y falta de cariño.

Su empeño en la imposición y expectativa de obediencia por parte de los demás sólo lo dejaba furioso, actuando como un perfecto tirano e incapaz de incluir las diferentes necesidades del resto de la familia.

Poner a consideración de los demás su necesidad de determinado tipo de orden en espacios comunes y dejar libertad para la manera de ser de los demás en otros espacios significó un buen cambio. Su enojo ocultaba la sana expresión de sus necesidades y le impedía ser, a su vez, considerado con las de los demás. Él era el malo de la familia y todos estaban infelices.
 

🌿🌿 La consideración hacia los demás implica “cariño”, la imposición de obediencia implica “sometimiento” y sólo genera separación y resentimiento.


🍁🍁  Awayo se trata de la creación y el sostenimiento de redes de vínculos confiables.
 
 

 

19/09/2024

🍁🍁 Hace poquito Ruthy Beraja, directora de un lindo jardín de infantes en Jerusalem, me regaló un hermoso “cuaderno de contemplación” escrito y publicado por ella misma. El cuaderno invita a escribir a partir de distintas preguntas o frases movilizadoras.

Más allá de su destino, siempre me encanta abrir un cuaderno nuevo. Abrí el de Ruthy con un sentimiento del tipo “qué me deparará el destino” y, apenas llegar a la segunda página, me encontré con esta increíble pregunta:

✨ ¿Cómo cultivas tú la esperanza? ✨

Debajo de la pregunta estaba el resto de la página en blanco para poder responderla.

Y la respondí. La pregunta me confrontó y se transformó en una reflexión más profunda de lo que imaginé al comenzar a escribir.

Esto es lo que escribí y como me gustó mucho, lo comparto:

🌿

Hermosa e inesperada pregunta. Veo que trae consigo la idea de que la esperanza es algo que puede ser cultivado, incorporado a nuestra vida y acompañarnos en cada paso que damos.

Puedo ser una persona tan pesimista como optimista (soy argentina, jeje). Pero ahora me doy cuenta de que mi manera de enfrentar el pesimismo con optimismo se basa en la esperanza.

Y la esperanza viene alimentada por la convicción de que mi cuota de bien, amor y sabiduría siempre puede sumar y multiplicar el bien, amor y sabiduría en la humanidad.

Insisto. ¡Hermosa y significativa pregunta!

🌿

¡Gracias Ruthy!

Ahora contame ¿Cómo cultivas vos la esperanza?

09/09/2024

🍁🍁  Cuando los chicos crecen y no han terminado de desarrollar las actitudes y los valores que esperamos ver en su manera de actuar, escucho comentarios fatalistas del tipo “a esta edad”, “esta generación”. ¿Realmente sólo se trata de una cuestión generacional o genética etaria?
La educación en valores ocupó 5 hermosos años de mi vida diseñando y coordinando talleres para padres en una escuela de la provincia de Buenos Aries.

De la educación en valores y su práctica cotidiana dependen la calidad de vida, la prosperidad y el futuro de toda comunidad y nación, lo que incluye la vida de cada individuo en ella. No existe una cosa sin la otra.

Pero la sola declaración de valores no los materializa en la realidad. Lo vemos todos los días. La cultura “real” de una comunidad se transmite en la convivencia, no en los libros.

Los chicos y chicas aprenden los valores de la cultura que habitan a través de “los gestos” que reciben y ven en los adultos que los rodean. Un gesto siempre compromete algún tipo de valor o disvalor, aun sin ser nombrado. Hablamos de un gesto amable o descortés, altruista o egoísta.

El gesto es poderoso, moviliza nuestras emociones, cala hondo en nuestro ser y no se olvida con facilidad.

Podemos decirle a alguien “te quiero”, pero eso es verdad en tanto esa afirmación se transforme en gestos concretos: escuchar y que lo dicho sea tenido en cuenta, cuidar, colaborar, tratar con respeto, por ejemplo. El cariño es una ficción si nada de esto sucede.

Las malas actitudes o fallas en el carácter de nuestros niños, niñas y adolescentes no son un problema de “esta generación o de la edad”, son un derivado de lo que los adultos elegimos hacer o dejar de hacer ante su siempre atenta mirada. Los adultos somos parte del problema.


🍁🍁  ¿Qué gesto valioso de alguien de tu vida guardás en tu corazón?