03/01/2022
Nacimiento de Justina.
Semana 38.4 de embarazo. Sabía que faltaba poco para conocerla. El día anterior fuimos a hacernos reiki y le dije: te espero cuando quieras mi pequeña bebé, mamá ya está preparada.
Fran (mi marido) estaba de guardia en el
Hospital. Esa noche Juanita (mi hija más grande) le dio muchos besos a la panza, nos dijo mamá y Justina las amo y nos dormimos abrazadas.
1.00 am sentí una contracción muy fuerte que me despertó. Intente relajarme y seguir durmiendo, pero empezaron a ser más seguidas así que me fui al living, me acosté en el sillón, prendí una lamparita con aroma a lavandas, puse la meditación que habíamos escuchado juntas durante todo el embarazo, nos conectamos, le dije que mamá estaba tranquila que si era el momento lo íbamos a lograr.
2.30 voy al baño y veo una mucosidad con un poco de sangre, no había duda que era el tapón mucoso. Llamé a Fran y le dije: “Amor Justina quiere nacer, tranquilo pero cuando puedas te esperamos”.
Nose cuánto tiempo pasó, pero llegó muy rápido.
Las olas uterinas eran cada vez más intensas.
Llené la bañera, puse música, intenté relajarme y conectarme más. En poquitas horas iba a conocer a mi bebé y sólo eso bastaba para pasar cada contracción.
4.30 llamé a Lara (la partera), quedamos en encontrarnos en el Sanatorio a las 5.30.
Me senté un rato en la pelota, respirando profundo, Fran me ayudaba con masajes en la zona lumbar.
Pedimos un uber.
Por suerte mi hermana estaba en casa para quedarse con Juana, había llegado de Santa Fe hacía unos días.
Le dimos un beso a Juanita que estaba durmiendo y le dije al oído con algunas lágrimas, te voy a extrañar amor, no olvides que mamá te ama.
En el uber sólo cerré los ojos, respirando en cada contracción, abrazada a Fran. Lo único que vi en un momento fue que estaba amaneciendo y brillaba una hermosa luna llena en el cielo (la última del 2021).
Lara nos estaba esperando. Perdí la noción del tiempo, pero en la pulsera figura 5.50 como hora de entrada.
Entramos a un cuarto muy chiquito, me revisó, estaba con 8 de dilatación. Me dijo, hiciste un gran trabajo, falta muy poquito, la bañera ya está lista.
Entré en la sala de partos, estábamos los tres solos Lara, Fran y yo. Una luz tenue entrada por la ventana. El agua estaba calentita, me puse de rodillas con la cabeza apoyada mientras Fran me hablaba y me acariciaba.
Empecé a sentir ganas de respirar hacia abajo, sentí un tirón muy fuerte, escuché “plaf” y pude ver la cabeza de Justina saliendo. Grité con todas mis fuerzas, apreté fuerte a mi esposo y ví como el cuerpo de mi beba se desplazaba en el agua. La tomé con mis brazos y la puse en mi pecho. Fran nos abrazó y ese instante único del domingo 19 de diciembre a las 6.32 am fue uno de los mas felices y maravillosos de toda mi vida.
Lo había logrado, eso que tanto había soñado se había hecho realidad.
El camino recorrido fue largo, trabajé mucho durante mi embarazo.
Tuve la suerte de contar con personas que me apoyaron y acompañaron en mis deseos y desiciones.
Gracias a mi compañero de vida . Cuando le dije que quería que Justina nazca en el agua me dijo estás totalmente loca. Pero después me entendió, aprendimos juntos, me acompañó en todo y dejamos de mirar los dos el parto y el nacimiento como un acto médico.
Gracias , gracias . Todo lo que aprendimos no sólo nos ayudó en el embarazo y en el parto, sino también en la vida.
Gracias y Dr Jorge Ortega por acompañarnos con tanto amor y respeto. Los volvería a elegir siempre, para mí son el mejor equipo.
Gracias .
Las mujeres tenemos el don de dar vida, la fuerza femenina es inmensa. Nuestro cuerpo sabe parir, nuestros bebés saben nacer.
Siempre digo: lo más importante es el encuentro con tu bebé, ese momento es único, el más feliz de nuestras vidas. Soy médica y cuando hay algún riesgo para la salud de la mamá o el bebé claro que las cesáreas son necesarias y salvan vidas.
Las cesáreas son una forma de nacer. No están mal, lo que está mal es cuando se realizan para no ocupar por más tiempo la sala de partos, por falta de paciencia, porque el equipo está cansado y quiere terminar rápido.
Como pediatra voy a luchar para que todos los nacimientos sean con calma, amor, paz, respeto. Que sea un momento único para todas las mamás, papás y bebés. Que los recién nacidos se sientan a gusto en este mundo desde el momento que respiran fuera de mamá.
Gracias por leer el principio de nuestra historia. JUSTINA Y LUCÍA.