13/07/2025
Tuvimos la fortuna de contar con unas cálidas palabras de Mario Mactas para el prólogo del libro Gritos y Susurros 30 años de argentinidad de Alina Diaconú. Hoy, en su partida, quiero recordarlo compartiéndolo con ustedes:
PROLOGO
He leído los textos de Alina con la alegría del idioma por el que desplaza sin atisbo de esfuerzo -van las palabras urdiendo un tejido seductor de temas y personas, costumbres- con gracia y soltura. Alina no redacta: escribe. Es así como entra y sale de tal manera en lo que hace como una confirmación clara de que el periodismo puede ser -como en ella- una rama del arte en la que una escritora consagrada brilla en la observación, indaga a su alrededor y en su interior, concluye y pregunta acerca de cada tema de manera personal, solitaria.
Alina no marcha por la vida con un manual de instrucciones para ser de manera constante correcta y en armonía con lo bien visto y aceptado hasta convertirse en moda -intelectual o de cualquier orden-: es quien es en todo momento, fiel a sí misma y sin pedir ayuda.
Así se escribe cuando alguien como Alina -recordemos su traslado del rumano al español, sin duda un salto formidable- expresa el gozo del viaje, de la comunicación con otros, la perplejidad que implican Buenos Aires y su enredo permanente en problemas inexplicables y situaciones absurdas, atenuadas por la calidez de las cosas y las gentes habituales, de las introspecciones y pausas que se concede en un café, pongamos, esta culta y talentosa vecina del Parque Lezama.
Hay cadencia en cada uno de sus artículos, algunos son ya cuentos, que produce calma y gozo en quien lo lee. Pero, cuidado: ciertas miradas y conclusiones, ciertos interrogantes que surgen de manera inesperada, aportan inquietud y revelación.
La honrosa tarea de escribir este prólogo pretende, en todo caso, invitar a compartir lo escrito y lo vivido por Alina. La guerra, los pavorosos psicópatas genocidas del siglo XX, los genios, la ciudad junto al Plata, Kafka y Gardel, Max Brod y Salieri, el miedo como espina de la vida, el cine, todo es capturado por la prosa de Alina Diaconú. Les aseguro que todo quiere decir todo. La curiosidad, motor valioso, el sentido del humor, el modo de contar libre de toda p***a, están en las páginas de este libro. Lo pasarán muy bien. Pasen y vean.
Mario Mactas