Lic. Guillermo Ariel, Psicoterapia & Reflexión

Lic. Guillermo Ariel, Psicoterapia  & Reflexión Espacio para compartir temas relevantes para nuestro vivir cotidiano. Sin solemnidad

FRANCISCO En el dia de ayer, lamentablemente, falleció el PAPA Jorge Bergoglio, Francisco. Mucho se ha escrito en estas ...
26/05/2025

FRANCISCO

En el dia de ayer, lamentablemente, falleció el PAPA Jorge Bergoglio, Francisco. Mucho se ha escrito en estas horas y se seguirá escribiendo sobre su legado y un papado con muchísimas luces.
Me gustaría hoy recordarlo desde una perspectiva distinta, publicando este artículo de Mariano Horestein del año 2017 (Revista Ñ del diario Clarin).

Y UN DÍA EL PAPA HABLO EN EL DIVÁN

Antes de que el libro apareciera la noticia ya circulaba por medio mundo. Y no era para menos. Al parecer, la máxima autoridad religiosa de la Iglesia Católica, el Papa, se habría psicoanalizado. El por entonces Jorge Bergoglio, de 42 años, habría consultado, a razón de una vez por semana y durante seis meses, a una psicoanalista. Como si fuera poco, Francisco rescataba a esa mujer como una de las mujeres de su vida, y a esa experiencia como fructífera. Así se lee en el El Papa Francisco: política y sociedad (publicado en Francia) del sociólogo francés Dominique Wolton que compila doce encuentros entre ambos.

Podría debatirse si esos encuentros constituyeron o no un verdadero análisis, pero esa discusión solo interesaría a los analistas. De algún modo, esa experiencia existió y el Papa la rescata como fértil. Quizás sea difícil imaginar esos encuentros como un análisis si lo medimos desde la frecuencia o duración que suelen tener las curas hoy en día. Pero bastaría, para aventar sospechas, con recordar las que conducía Freud: intensas pero bastante más cortas. Iban de meses de sesiones diarias con pacientes que se trasladaban a Viena a verlo, hasta el grado 0 de un análisis, un paseo de horas con Mahler o una conversación con Catalina, una montañesa que padecía ataques de angustia.

A decir verdad, solo desde cierto prejuicio este dato podría ser noticia, como si el viejo jesuita hubiera confesado haber consumido dr**as duras en su adolescencia o como si se hubiera especulado, como con Joseph Ratzinger, con algún coqueteo con las juventudes hitlerianas. Las relaciones entre psicoanálisis y religión son más intensas de lo que podría suponerse, aunque es claro que entre ambos discursos –en tanto modos de concebir el mundo– hay diferencias insoslayables.

Para ponderar el gesto de Bergoglio basta con echarle una ojeada al Dictionaire de théologie catholique. Allí, en la entrada “Psicoanálisis”, se resume la doctrina oficial de la Iglesia Católica con una advertencia del Santo Oficio de 1961. Dirigida a obispos, censores eclesiásticos y religiosos “de ambos sexos”, alertaba y los ponían en guardia para que “jamás recurrieran al psicoanálisis”.

Sin embargo, los matices son más verdaderos que los antagonismos en este punto: muchos psicoanalistas han estado cerca de la religión, tanto como muchos religiosos han estado más cerca del psicoanálisis de lo que pudiera esperarse.

Por lo pronto, de la fundación de la escuela de Lacan participaron tres analistas jesuitas, entre ellos el gran historiador Michel de Certeau. Lacan, tan ateo como Freud, provenía de una familia católica y su hermano menor, Marc-Marie, fue sacerdote benedictino. Según anota Elisabeth Roudinesco en su biografía, Lacan pidió, sin éxito, reunirse con Pío XII para hablarle “del porvenir del psicoanálisis en la Iglesia”. Al tiempo que insertaba su doctrina en la tradición cristiana, pensaba que el psicoanálisis no podría haber surgido en otra tradición que la judía.

Freud, ese “ judío sin Dios”, siempre estuvo interesado en la religión. Escribió sus principales argumentos en textos como Tótem y tabú y El Porvenir de una ilusión. En Moisés y la religión monoteísta postula una tesis arriesgada: quien formatea al judaísmo como pueblo, Moisés, habría sido egipcio, un extranjero.

Pero más allá del interés teórico, el compromiso de algunos analistas con la religión no ha sido menor. Quizás el ejemplo paradigmático sea el de Françoise Dolto, magistral clínica de niños y católica practicante, que llegó a hacer una lectura psicoanalítica de los Evangelios. Mucho antes estuvo Oskar Pfister, pastor protestante devenido analista. Basta leer su deliciosa correspondencia con Sigmund Freud para entender un punto de insoslayable diferencia entre ambos territorios. Freud, quien dejaba asentada su “actitud radical en contra de la religión, en cualquier forma y en cualquier dilución”, pensaba que no se lograba demasiado actuando en nombre del Bien. Él, quien se presentaba como un “hereje incurable”, le advertía a Pfister que sin cierta calidad de malhechor no se obtienen resultados en el análisis.

La revelación de Francisco nos muestra que, como suele suceder, la realidad copia a la ficción pues ya Nanni Moretti había imaginado, en su película Habemus Papam, el encuentro de un Papa y un psicoanalista. Al narrar las desventuras de un Papa sin vocación para serlo, Moretti anticipaba incluso la renuncia del antecesor de Francisco.

Más allá de lo que al Santo Oficio pudiera parecerle, no es raro que religiosos de distintos sexos y religiones busquen auxilio para pensarse en un dispositivo analítico. Quizás haya allí una sabiduría oculta, más valiosa incluso por surgir entre quienes inventaron la confesión como ilustre ancestro de la conversación analítica. Así como hay parejas que temen que si se analizan podrían llegar a separarse, o artistas que temen que podrían quedarse sin la fuente de su creatividad, hay religiosos que piensan que, si se analizaran, podrían abandonar los hábitos... Pero lo cierto es que nada de eso necesariamente sucede. Un análisis es una aventura singular, un tratamiento a medida más que pret à porter, en el que ningún resultado es previsible de antemano. Y no deja de ser interesante que un religioso pueda analizarse sin temor a perder su fe, del mismo modo que alguien homosexual pueda hacerlo sin temor a ser normalizado. Un espacio analítico debería estar en las antípodas de un lecho de Procusto donde –como contaba la mítica historia– se estiraba o acortaba a quienes no daban con la talla de la cama donde se acostaban.

Pero hay otro dato de la anécdota papal que interesa, y es el del analista que eligió. Nunca es casual la elección de un analista, y al papa argentino no le habrán faltado opciones, siendo Buenos Aires una de las grandes capitales del psicoanálisis. Francisco, en ese entonces provincial jesuita, eligió en primer término a una mujer, encarnación de lo Otro para cualquiera y más para un hombre practicante de la castidad. Por lo que él mismo cuenta, su analista era judía. Y si el judaísmo encarna en la diáspora una extranjería quizás necesaria en este oficio, qué decirlo para una autoridad eclesiástica...

La sabiduría que demostró Francisco y tantos otros se corresponde con algunos datos de la historia misma del psicoanálisis, que es efecto de otra diáspora, la de los analistas centroeuropeos expulsados por el nazismo. Así, una legión extranjera ocupó las capitales de Occidente esparciendo un virus que está lejos de haber agotado aún sus efectos. Los pioneros del psicoanálisis, prácticamente todos, han sido de un modo u otro extranjeros. Lacan mismo parece haberlo intuido cuando parte de la comunidad judía de Estrasburgo le solicitara –a él, un analista de origen católico– el nombre de un analista. Más allá del sentido común que suele regodearse con las simetrías, no les recomienda un analista judío –no faltan en el movimiento psicoanalítico– sino que les da el de un gran analista... árabe: Moustapha Saphouan.

A fin de cuentas, el análisis nos enseña a pensar en singular, caso a caso. Desde ahí, no debería sorprendernos la noticia de que un futuro papa consultó a una analista. ¿A quién? No lo sabemos, y está bien que la psicoanalista del Papa permanezca anónima. El psicoanálisis es una práctica cuyo producto es capitalizable solo por quien se analiza, el único sujeto en juego. Que el analizante se haya vuelto célebre no debiera quizás importar demasiado.

TRATAMIENTO REUMATOLOGÍA
17/03/2025

TRATAMIENTO REUMATOLOGÍA

GRACIELA Rosa Graciela Castagnola de Fernández Meijide  comenzó a militar como activista por los derechos humanos durant...
16/03/2025

GRACIELA

Rosa Graciela Castagnola de Fernández Meijide comenzó a militar como activista por los derechos humanos durante la dictadura militar luego la desaparición forzada en 1976 de su hijo Pablo, estudiante de 17 años. En 1983 con el regreso de la democracia, integró la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) y tiempo después se convirtió en dirigente del FREPASO.
Ministro de Desarrollo Social del gobierno de la Alianza, Diputada, Senadora, distinguida con la Orden al Mérito de la República Italiana (Cavaliere Di Gran Croce) y la Orden de Comandante de la Legión de Honor de la República de Francia, ciudadana Ilustre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Premio Konex de Platino por su actividad como dirigente social.
Graciela cumple hoy 94 lúcidos años.

Alguna vez -la autora de "Eran humanos, no héroes" y La historia íntima de los derechos humanos en la Argentina"- preguntada acerca de que le interesaría transmitir a los jóvenes dijo:

"A la generación que viene le diría que no se tiente de mirar el pasado para pensar su futuro, porque lo que pasó en los setenta no sirvió para nada. Hoy, a quienes teniendo la edad que tenía mi hijo en aquella época, y otros mayores, que siguen cultivando el culto a ese pasado, les diría que es pura nostalgia, casi melancolía. Lo que no fue no fue. Querer venderle a la juventud, con tal de crear artificialmente un relato, que eso fue bueno, para crear símbolos heroicizantes, es una gran trampa. Hay quienes han caído en ella, y yo entiendo también. Hay quienes se lo creyeron porque faltan paradigmas."

EL HUMOR ES SALUDEl inigualable maestro... Hace falta aclarar que se trata de Quino?
14/03/2025

EL HUMOR ES SALUD

El inigualable maestro... Hace falta aclarar que se trata de Quino?

EL CUENTO DE LA SEMANAPara poder dormirme cuento ovejitas. Las ocho primeras saltan ordenadamente por encima del cerco. ...
14/03/2025

EL CUENTO DE LA SEMANA

Para poder dormirme cuento ovejitas. Las ocho primeras saltan ordenadamente por encima del cerco. Las dos siguientes se atropellan, dándose topetazos. La número once salta más alto que lo debido y baja suavemente, planeando. A continuación saltan cinco vacas, dos de ellas voladoras. Las sigue un ciervo y después otro. Detrás de los ciervos viene corriendo un lobo. Por un momento la cuenta vuelve a regularizarse: un ciervo, un lobo, un ciervo, un lobo. Una desgracia: el lobo número treinta y dos me descubre por el olfato. Inicio rápidamente la cuenta reegresiva. Cuando llegue a uno, ¿logrará despertarme la última oveja?
(Micro relato de " La sueñera", Ana M. Shua)

IREEMPLAZABLESComparto con ustedes este artículo de Luciano Román para homenajear en este espacio a los irremplazables J...
03/01/2025

IREEMPLAZABLES

Comparto con ustedes este artículo de Luciano Román para homenajear en este espacio a los irremplazables Juan J. Sebrelli, Beatriz Sarlo y Jorge Lanata.

SEBRELLI, SARLO Y LANATA : EL LEGADO DE LA REBELDIA

La muerte, en apenas sesenta días, de Juan José Sebreli, Beatriz Sarlo y Jorge Lanata, instala una sensación de orfandad en el debate público argentino. Entre los tres, sin embargo, dejan también una brújula que tal vez sirva para orientarnos en un país que, por momentos, parece haber extraviado la vocación de discutirse a sí mismo y de convivir con el otro sin procurar destruirlo.

Más allá de una huella material que se encuentra en libros, documentales, ensayos, investigaciones, artículos y entrevistas, Sebreli, Sarlo y Lanata dejan algo simbólico e intangible: el legado ético de la rebeldía. Encarnaron, cada uno en su campo y a su modo, la verdadera independencia del intelectual. Preservaron siempre su espíritu crítico, su mirada díscola y su libertad para pensar más allá de su propia conveniencia y de los vientos circunstanciales de la opinión pública. Mantuvieron una resistencia estructural a formar parte del rebaño y asumieron, en el plano de las ideas, el riesgo de nadar contra la corriente.

La ironía del destino quiso que sus voces se apagaran casi al mismo tiempo. Pero sin bordear siquiera el misticismo, tal vez podamos rastrear en sus ausencias un mensaje y un sentido. Con altibajos, diferencias y contrastes, los tres encarnaron valores que se vieron desdibujados en la Argentina de las últimas décadas.

Simbolizaron, por un lado, la construcción de carreras y trayectorias basadas en los pilares de aquel país virtuoso: el esfuerzo, el estudio, el trabajo; la individualidad, pero también el equipo; el riesgo y el atrevimiento, pero a la vez la rigurosidad y la constancia. Ninguno de los tres provenía de entornos privilegiados. Se hicieron a sí mismos; Sarlo en la academia, Sebreli y Lanata en las bibliotecas, en las redacciones y en la calle. Con distintos estilos, y en medidas diversas, se encontraron con el reconocimiento y la fama. Eso fue, de alguna forma, una consecuencia. No buscaban la notoriedad por sí misma, aunque los guiaba, seguramente, el afán de la excelencia y no eludían la vidriera. Tuvieron alta exposición, pero también trabajo arduo y silencioso. No se durmieron en los laureles de sus primeros éxitos. Siempre fueron por más. Produjeron, crearon, escribieron y discutieron hasta su último aliento. Hicieron mucho, pero les quedó mucho por hacer: eran infinitos en la gestación de ideas y proyectos.

Los tres simbolizaron la capacidad y la valentía de revisarse a sí mismos y de mudar sus creencias y opiniones. Desafiaron el statu quo y los clichés. Incomodaron al poder y a las burocracias políticas e intelectuales. Pero tuvieron la integridad y el coraje de incomodarse antes a sí mismos, de correr riesgos, de contradecir las oleadas de unanimidad y hegemonía que han impregnado distintas épocas de la Argentina contemporánea. Se resistieron a los corsets ideológicos y batallaron contra sus propios prejuicios.

En un país donde el llamado progresismo ha preferido muchas veces callar o hacer la “vista gorda” frente a la corrupción y al autoritarismo; donde muchos fueron cómplices por conveniencia y cedieron a la tentación del subsidio o del halago oficial, las tres figuras que acaban de irse seguirán en la memoria por todo lo contrario: se arriesgaron, incluso, al repudio de sus propios grupos de pertenencia por no callar ni hacerse los distraídos. Pagaron el precio de ser incluidos en secretas listas negras que fueron tácitas pero implacables durante el largo ciclo kirchnerista.

Con ideas firmes y convicciones nítidas, defendieron los principios del diálogo, la interrogación y la duda. Reivindicaban el valor de la pregunta en una época en la que tiende a dominar el exceso de certezas y buscan imponerse verdades absolutas. Cultivaron el arte de la conversación en un contexto en el que muchos se aferran a los monólogos y los relatos inflexibles. No evitaban el debate áspero y frontal, pero reconocían en el adversario a un interlocutor; cuanto más sólido, mejor. Se habían convertido, de algún modo, en referentes contraculturales: el pensamiento crítico y la vocación de escucha parecen languidecer en un ecosistema en el que se naturalizan, incluso, la bajeza, el mal gusto y la miseria ética de festejar en las redes sociales el final de una vida o de subrayar y exaltar el rechazo por el otro en la hora de su muerte. ¿Hay peor ruptura de los códigos de convivencia que quebrar el silencio o el respeto ante el duelo de los demás? La pregunta alude a activistas del actual oficialismo que suelen derrapar en algo peor que el exabrupto.

Tal vez por su propia formación y sus propias experiencias, Sebreli, Sarlo y Lanata se formaron escuchando a otros antes que a sí mismos. También representaron, en ese aspecto, un valor en vías de extinción. Hoy parece imperar la idea de callar y descalificar al oponente, como si el coraje y la autenticidad se confundieran con la agresividad y el atropello.

Los tres tuvieron otra coincidencia: navegaron contra la corriente de las simplificaciones y los dogmas. Exploraron los matices e incluso las contradicciones. Combatieron distintas formas de demagogia y facilismo, porque si algo sabían era que el mundo es mucho más complejo, más ancho y más diverso de lo que vemos delante de nuestras narices. También más insondable y misterioso.

Fueron intelectuales, pero también fueron ciudadanos comprometidos con la acción. En el caso de Sarlo y de Sebreli, nunca se encerraron en la torre de marfil de la academia, aunque podrían haberlo hecho. Algo los unió al talento y la pasión del periodista: se expresaron con sencillez, con claridad, con un lenguaje franco y accesible. No apabullaban ni se paraban en la loma: les hablaban al hombre y a la mujer de a pie.

A cada uno se le podrán adjudicar, por supuesto, errores y posturas al menos discutibles. Como decía Borges, de un hombre pueden escribirse infinitas biografías, cada una basada en aspectos distintos de su vida, y nos costaría reconocer que hablan de la misma persona. Eran imperfectos, claro. Tal vez hayan caído en excesos y alguno haya tenido actitudes o reacciones que en algún momento pueden haber resultado chocantes o altaneras. La exuberancia y el egocentrismo suelen ser características de los individuos fuera de serie. Pero no se les puede negar la honestidad intelectual con la que participaron siempre del debate. Pusieron la cara y el cuerpo. Nunca se escondieron. Fueron ariscos y cuestionadores cuando resultaba más confortable, y acaso era un mejor negocio, practicar la condescendencia y plegarse a la manada.

Nunca confundieron las causas nobles con la manipulación y la impostura a la que muchas de ellas fueron sometidas. Creían en los derechos humanos, en el feminismo, en la inclusión social y, por supuesto, en el respeto a las minorías. Pero cuestionaron la utilización de esas banderas por intereses económicos, facciosos o políticos. No compraban eslóganes ni relatos: “Conmigo no, Barone”. La frase de Sarlo condensó, con la cortesía de la sencillez, ese contraste entre la actitud de un librepensador y la del que se arrodilla, obediente, frente al poder de turno por un salario jugoso. Aquella reacción espontánea simbolizó, también, la frontera entre la ideología y la impostura, entre lo genuino y lo falso.

Cuando el precio era la obsecuencia, nadie podía contar con ellos. Defendieron su independencia no solo como un activo profesional, sino como un capital ético.

Para muchos que no los conocimos ni tuvimos con ellos ningún trato personal, que simplemente los seguimos como parte de una audiencia silenciosa, a veces con acuerdos y otras con discrepancias; que los leímos, aunque no con la profundidad ni con el método del estudioso, pero que siempre nos interesaron sus aportes en uno u otro campo, que disfrutamos de su lucidez y su talento a la distancia, que valoramos su coraje, los respetamos y los admiramos, sin haberlos por eso idolatrado ni subido a ningún pedestal, la ausencia simultánea de Sebreli, de Sarlo y de Lanata nos deja un gran vacío. Pero nos deja también una enseñanza: el valor de la rebeldía, del inconformismo y de la independencia en los liderazgos intelectuales de una sociedad democrática. En un país donde los fanatismos de un signo o de otro han tendido a anestesiar el espíritu crítico, el legado de esas tres figuras nos puede marcar un rumbo: no dejemos de dudar, no nos atemos a dogmas ni a verdades reveladas, no confundamos convicciones con rigidez, sospechemos siempre de la unanimidad y de los excesos de entusiasmo colectivo. Con ligeras variaciones, eso es lo que nos dijeron Sebreli, Sarlo y Lanata a lo largo de fecundas trayectorias que, sin duda, mejoraron a la Argentina y dejaron una huella.

(Fuente de texto e imagen diario La Nación, 02/01/2025)

NUEVO AÑO !Un saludo afectuoso para todos. Despidamos el año y recibamos el próximo ...defendiendo la alegría!Defender l...
02/01/2025

NUEVO AÑO !

Un saludo afectuoso para todos.
Despidamos el año y recibamos el próximo ...defendiendo la alegría!

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas

defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.

(Defender la alegría, Mario Benedetti)

EL HUMOR ES SALUDGracias Tute por tu humor...
02/01/2025

EL HUMOR ES SALUD

Gracias Tute por tu humor...

REPUDIO Frente al intento de atropello sobre el secreto profesional mediante la intimación a peritos psicólogos a que pr...
17/10/2024

REPUDIO

Frente al intento de atropello sobre el secreto profesional mediante la intimación a peritos psicólogos a que presenten protocolos en el marco de la actuación pericial-en algunos departamentos judiciales de la Provincia de Buenos Aires- el Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires, manifestó su enérgico repudio.


Desde la Comisión de Psicología Forense.
del Colegio de Psicólogas y Psicólogos de la
provincia de Buenos Aires, nos manifestamos
contra el arrebato que vienen llevando a cabo
los Jueces de algunos departamentos judiciales de la Provincia, frente a las incumbencias,
responsabilidades y limitaciones en el accionar pericial de nuestro colectivo profesional.
Es dable mencionar que se viene incrementando una práctica de intimar a los peritos psicólogos, bajo apercibimiento de perder
el derecho a cobrar honorarios por la labor
realizada, a presentar los protocolos de las
técnicas de evaluación psicológica que son
administradas en el marco de los exámenes
periciales, generando un conflicto ético para
los profesionales actuantes, en tanto que:
La ley 10.306, art 7 y el Código de Ética
de la Pcia de Bs As, art 15, normas que rigen
el ejercicio de nuestra profesión en territorio bonaerense, como así también el Código
de ética de la FEPRA (Federación de Psicólogas y Psicólogos de la República Argentina)
enfatizan como deber del psicólogo, guardar
secreto profesional cualquiera sea la relación
profesional, ámbito de actividad y tipo de
prestación.
En el caso de la actividad pericial, los psicólogos también estamos obligados a guardar
secreto profesional respecto de toda aquella
información que no resulte ineludible para la
confección del informe pericial. Siendo el sujeto de la pericia informado de ello, firma además un consentimiento bajo este encuadre.
Solicitar los protocolos de las técnicas de
evaluación administradas, resulta per se una
invitación a que los psicólogos transgredan su
propio marco regulatorio de la profesión, pudiendo generar además un perjuicio en la persona entrevistada, ya que de los test administrados pueden vislumbrarse aspectos íntimos
de la persona, que nada tienen que ver con la
causa por la que se está litigando, y por ende
no se deben ventilar.
Por otro lado, intimar con apercibimiento
de no devengar honorarios por su labor, representa un arrasamiento del ejercicio de la profesión cuando se ajusta a normativas éticas.
El área jurídica en representación de algunos jueces, en este caso, citan en dicha intimación el artículo 46 de la Ley 15.057 que reza:
Cuando los peritos no se expidieren en
término o citados para dar explicaciones o
evacuar impugnaciones no comparecieren
sin justa causa, de oficio se dejará sin efecto
su designación, dándoles por perdido el derecho a percibir honorarios si correspondiese y
aplicándoseles las sanciones reglamentarias
pertinentes. En el caso de peritos de la nómina oficial del Poder Judicial se comunicará a la
Suprema Corte de Justicia a sus efectos.
En este sentido, el pedido de los protocolos descontextualizados de la entrevista y del marco pericial establecido que le da sentido, no es más que una solicitud arbitraria, en
tanto que realizar interpretaciones de dicho
modo constituye un salvajismo técnico y una
falta ética en caso de que sean colegas quienes se encuentren realizando esa inapropiada
función de contralor.
El perito psicólogo, a través de su informe
pericial y habiendo utilizado el método de análisis basado en las recurrencias y convergencias podrá integrar todo el material recabado
en el examen pericial y con ello confeccionar
su informe de pericia. En caso de requerir aclaraciones y/o ampliaciones, el/la perito podrá
dar cuenta de ello nuevamente a través de un
escrito o audiencia sin que ello implique la necesidad de tener que violentar su propio plexo
normativo y presentar su material de trabajo.
Para sumar contundencia a dicha manifestación, citamos la Resolución interna 1243
de la Dirección General de Asesorías Periciales dependiente de la SCBA del año 2017, en
donde consta una guía procedimental sobre la
actuación correcta del perito psicólogo, cuya
construcción surge de igual pedido. Si bien la
misma se da en el marco de las Asesorías Periciales de la Provincia, la práctica pericial psicológica no es distinta en casos de actuación
oficial, de oficio, o de parte (en fuero penal).
En este sentido, y en función de defender el libre ejercicio de nuestra profesión, es
que acompañamos a los peritos psicólogos en
su labor de defender nuestra práctica y dar a
conocer a los demás colectivos profesionales
cuales son nuestras responsabilidades, deberes y limitaciones.
Reiteramos el repudio ante el pedido impropio que realizan algunos funcionarios en la
provincia de Buenos Aires. Ello posiblemente a causa de haber recibido asesoramientos
erróneos actualmente en auge, que intentan
distorsionar el rol profesional del perito psicólogo, asesor del juez. Su tarea apunta a arribar a la particularidad del psiquismo de cada
persona peritada y no así a la realidad objetiva, la cual será materia de investigación.

ALERTAEl Día Mundial de la Prevención del Suicidio, organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Su...
15/10/2024

ALERTA

El Día Mundial de la Prevención del Suicidio, organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), tiene como objetivo generar conciencia sobre la prevención del suicidio Estemos atentos!

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Buenos Aires

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