02/04/2022
El 2 de abril de cada año, se conmemora el Día de los Veteranos y Caídos en la Guerra de Malvinas, y como profesionales de la salud mental sabemos los estragos del trauma que este evento de conflicto armado dejó impreso en el psiquismo de quienes son, hoy día, sobrevivientes, como también de las familias de aquellos que dieron su vida en aquel momento.
Como profesionales de Psicología, tenemos el deber y la responsabilidad de acompañar el proceso de recuperación de los protagonistas y familias de una guerra, que implicó incertidumbre, que dejó dolor y soledad.
Las cifras de suicidios de los veteranos de Malvinas, como también el alto número de muertes asociadas a los efectos traumáticos de esa guerra a lo largo de estas décadas, indica que hay que hablar de procesos de memoria, reconocimiento, duelo, trauma y postrauma; de la búsqueda de empleo, de la implicancia de la mirada del otro, de pesadillas, de despojo y sentido de pertenencia.
Hoy, a 40 años del inicio de la Guerra de Malvinas, nuestro mayor respeto y agradecimiento, a quienes lucharon en el ejército y la marina, a los familiares que esperaron respuestas, a los equipos médicos y mujeres -nunca mencionadas- que ayudaron en la recuperación de la salud, y a los y las psicólogos y psiquiatras que se ocupan de ayudar a no olvidar nuestra historia argentina.