27/09/2025
“El mensaje final de Jung en sus memorias parece ser este: que incluso el gran hombre debe reconocer el misterio que rodea la vida humana, aunque sea capaz de ver lo que otros no pueden ver. Quizás fue su sensación de que otros no podían seguirle en este viaje hacia el centro del Sí-mismo lo que le llevó a declarar en una entrevista con un periodista finlandés en febrero de 1961, solo unos meses antes de su muerte, que «la mayor decepción de mi vida es que la gente no entienda lo que he querido decir. Tal vez sean demasiado `simple-minded´» [K. Nordenstreng, ‘Kompleksien profeetta’ (‘The Prophet of Complexes’), Suomen Kuvalehti, 25 (26 July 1961), p. 26].
Como observó el entrevistador, sin embargo, Jung pronunció estas sombrías palabras con una sonrisa maliciosa, como si su mensaje subyacente fuera: «Realmente no me importa lo que la gente piense de mí, o si alguna vez entenderán la vida. El secreto permanece, y lejos de ser una pérdida, es una ganancia, porque la vida es «completa» solo cuando hay cosas y experiencias que permanecen inexplicables y misteriosas». Este elemento de infinitud e incomprensibilidad está en el corazón del utopismo de Jung, cuya esencia está capturada en el título clásico de un libro de Edgar Allan Poe: Cuentos de imaginación y misterio [Tales of mystery and imagination].”
(Petteri Pietikainen, Alchemists of human nature. Psychological utopianism in Gross, Jung, Reich and Fromm)
FOTOGRAFÍA incluida en el libro de Ruth Ammann, The enchantment of gardens. A psychological approach