10/01/2023
EL YOGA DEFINITIVO.
Las relaciones y amistades más sanas no son necesariamente las que parecen "más felices" a simple vista.
No siempre son aquellos en los que dos personas se toman de la mano, ríen, bailan y cantan con las mariposas en Instagram, donde nada sale mal y el amor es hermoso, dichoso y perfecto.
La 'perfección' externa puede enmascarar fácilmente la devastación interna, la desconexión y esa horrible desesperación tácita de ser libre.
Las relaciones más sanas son las honestas.
Y es posible que no se vean tan 'felices' o 'despreocupados' desde el exterior. Es posible que no se ajusten a la imagen de cómo 'debería' o 'debe' verse o sentirse una relación.
Aquí, dos personas cuentan la honesta y dolorosa verdad sobre el día de hoy, y continuamente abandonan todas sus ideas preconcebidas sobre el otro. La relación se renueva para siempre en el horno de la autenticidad. Puede haber rupturas, malentendidos, incluso intensos sentimientos de duda y desconexión, ¡pero hay una voluntad mutua de enfrentar este aparente lío de frente! Mirar -con los ojos abiertos- la ruptura presente, y no alejarse ni aferrarse al pasado. Sentarse juntos en medio de sueños y expectativas destrozados mutuos, y trabajar para encontrar un lugar de reconexión, aquí, ahora, hoy.
Aquí, la relación se ve como el yoga supremo: una aventura continua y cada vez más profunda y un redescubrimiento mutuo, ¡un constante dejarse llevar y un constante encuentro! El amor no es un destino futuro, una conclusión, un punto de llegada o una historia conveniente para contar a los demás. El amor está vivo.
Como dice Eckhart Tolle, las relaciones no están aquí para hacernos felices, porque la verdadera felicidad está en nuestro interior. Están aquí para hacernos profundamente conscientes.
Para quebrantarnos, para humillarnos, para hacernos completos de nuevo. Y sí, esa es la verdadera felicidad.
- Jeff Foster-