El Masaje
Se podría considerar el masaje como una actividad intrínseca al ser humano ya que de manera casi inconsciente nos apretamos o friccionamos aquellas partes de nuestro cuerpo que ha recibido un golpe o nos duele para aliviar ese dolor. Desde la Antigüedad, médicos y científicos han estudiado los beneficios que ofrecía el masaje en el tratamiento de enfermedades, la prevención y el mantenimiento de la salud. El Masaje en el Antiguo Egipto
En Egipto, tal y como nos indica el papiro “Edwin Smith” con una antigüedad de 4.000 años, el masaje era utilizado como tratamiento para ayudar la recuperación de fracturas o afecciones óseas. Este papiro es el primer texto que se conoce sobre traumatología y cirugía que se basa en observaciones anatómicas. Los sacerdotes tenían entres todos sus conocimientos diversas técnicas para ayudar a encontrar el bienestar tanto físico como psíquico. Así aprendían a curarse mediante la imposición de manos, amasamientos y fricciones de la musculatura o plexos para conseguir mantener la salud y la calma así como para purificar el alma. Se considera que los sacerdotes del Antiguo Egipto fueron los primeros en hacer uso de la cromoterapia. Así también, los Faraones recibían masaje como tratamientos estéticos. Hay que destacar la utilización de aceites y resinas para la realización de los masajes. De sobras es conocido el valor que los antiguos egipcios daban a los perfumes y a los aceites esenciales como la mirra, el nardo, incienso, madera de cedro, canela y las resinas utilizados para suavizar la piel e hidratarla frente al clima seco del desierto, así como para calmar la ansiedad y el insomnio. Gracias a todos los papiros que se han salvado de guerras e incendios y que han llegado a nuestros días podemos conocer los cuidados personales que practicaban en épocas tan remotas como el Antiguo Egipto y darnos cuenta que no han cambiado tanto a lo largo de los siglos.
