24/06/2025
Alergias respiratorias en invierno: más allá de los virus, el papel de los alérgenos ambientales:
Factores de riesgo y exposición en invierno
Factores tales como la disminución de la ventilación, el pasar mayor tiempo en interiores, y el uso de elementos guardados, como ropa de invierno, mantas, alfombras, estufas y peluches, contribuyen a una mayor exposición a los alérgenos domésticos.
Ambientes cerrados, húmedos y calefaccionados también pueden favorecer la acumulación de polvo, ácaros y hongos ambientales. Esta combinación constituye un escenario propicio para desencadenar y exacerbar enfermedades respiratorias alérgicas, como la rinitis y el asma.
Alérgenos frecuentes: ácaros y hongos ambientales
Los ácaros del polvo doméstico representan una de las principales causas de rinitis alérgica y asma persistente. Se desarrollan con facilidad en ambientes cálidos y húmedos, y proliferan en colchones, almohadas, tapizados y objetos textiles almacenados.
Por otro lado, los hongos ambientales como Alternaria, Cladosporium e incluso Aspergillus, pueden actuar como desencadenantes respiratorios, especialmente en espacios con humedad y mala ventilación. Estos alérgenos suelen estar subdiagnosticados y su exposición crónica puede pasar desapercibida durante semanas, meses o incluso años.
Manifestaciones clínicas y diagnóstico diferencial
Los síntomas alérgicos respiratorios pueden confundirse fácilmente con cuadros virales: congestión nasal persistente, rinorrea acuosa, tos, estornudos frecuentes, prurito nasal y ocular, faringitis, y en algunos casos, empeoramiento del asma bronquial. Una característica clave es la recurrencia estacional y la falta de respuesta sostenida a tratamientos sintomáticos inespecíficos.
La evaluación alergológica y la historia clínica detallada permiten diferenciar estos cuadros, evitando el uso innecesario de antibióticos, descongestivos y antitusivos, optimizando el manejo de la patología.
Control ambiental: medidas prácticas para aplicar y comunicar
El control ambiental sigue siendo una herramienta fundamental en el manejo de las alergias respiratorias. A continuación, se desarrollan medidas concretas con su justificación clínica, junto con sugerencias sobre cómo comunicarlas al paciente:
• Ventilar los ambientes: permite disminuir la concentración de alérgenos y contaminantes. Se recomienda abrir las ventanas al menos una vez al día, durante 10 a 15 minutos, asegurando una correcta circulación de aire.
• Evitar estufas a combustión: este tipo de calefacción puede liberar contaminantes, como monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y otras partículas que agravan los síntomas respiratorios. Se recomienda utilizar calefactores eléctricos o splits, manteniendo siempre ventilación cruzada.
• Lavar textiles almacenados con agua caliente: los ácaros del polvo mueren a temperaturas superiores a 55 °C. Lavar mantas, sábanas y peluches ayuda a reducir su presencia antes de volver a usarlos.
• Reducir la acumulación de polvo: implica limpiar con frecuencia superficies, estanterías y textiles. Se recomienda el uso de paños húmedos, en lugar de plumeros, y aspiradoras con filtro HEPA cuando sea posible.
FUENTE:
https://www.intramed.net/content/alergias-respiratorias-en-invierno-mas-alla-de-los-virus-el-papel-de-los-alergenos-ambientales