Santeria San Expedito

Santeria San Expedito Contamos con artículos de santería y devoción, tales como:
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José María Desa nació el 17 de junio de 1603 en la pequeña ciudad de Cupertino, en la provincia de Lecce, Italia, su fam...
18/09/2025

José María Desa nació el 17 de junio de 1603 en la pequeña ciudad de Cupertino, en la provincia de Lecce, Italia, su familia atravesaba por un difícil momento: su padre, Félix, se vio envuelto en el desastre económico de un conocido al que le había prestado su dinero, y terminó en la miseria. Así que José vino al mundo en un establo como Jesús y desde niño tuvo que colaborar en casa para contribuir a la economía doméstica, trabajando como un simple sirviente.

Los prodigios de los exámenes para el diaconado y el sacerdocio
Para solventar la bancarrota paterna, el Tribunal Supremo de Nápoles estableció que, habiendo alcanzado la mayoría de edad, José estaría obligado a trabajar sin remuneración, hasta que terminara de pagar la deuda de su padre, ya fallecido. Ante esta condena - de hecho, una verdadera esclavitud - el joven volvió a pedir la admisión en el Convento de la "Grottella". Los frailes se tomaron su situación a pecho y le ayudaron a emprender un verdadero camino de estudio. En medio de mil dificultades, y gracias a una gran fuerza de voluntad, el joven se enfrentó al examen para el diaconado. Fue allí donde ocurrió un milagro: José había estudiado en profundidad un solo pasaje del Evangelio y fue precisamente ese texto el que, por casualidad, el obispo examinador le pidió que comentara. Un acontecimiento extraordinario similar tuvo lugar tres años más tarde, durante el examen para ser ordenado sacerdote: el obispo interrogó a algunos de los candidatos y, al encontrarlos particularmente bien preparados, extendió la admisión al sacerdocio a todos los demás candidatos, sin interrogarlos y uno de ellos era justamente José. Finalmente, en 1628, José fue ordenado sacerdote.

Consciente que sus propias limitaciones culturales no eran un peso, sino un don espiritual que lo identificaban con Cristo humilde y pobre, José se dedicó a los más simples trabajos manuales y a servir a los más pobres. Incluso se llamó a sí mismo "Hermano B***o". José tambièn vivió su amor a la Iglesia de manera incondicional, poniendo a Cristo pobre en el centro de su existencia y sintiendo una profunda devoción por María, la Madre de Dios. Sin embargo, quien escuchaba sus discursos podía reconocer que en él brillaba la luz de una teología madura, capaz de comprender en profundidad temas doctrinales muy difíciles: se trataba del Don de ciencia infusa, que lo había hecho muy sabio sin haber frecuentado las universidades.

Los éxtasis y las levitaciones
La contemplación amorosa de los misterios divinos tambièn acentuó en José los fenómenos de éxtasis y de levitación, sobre todo cuando contemplaba y dialogaba con Jesús y María. A un cofrade le explicaba la razón de estos éxtasis: "Cuando la pólvora se enciende en el disparo del fusil y envía ese ruido estruendoso, el corazón se enamora de Dios y va fuera de sí". Tales episodios extraordinarios no escaparon a la Inquisición de Nápoles, que lo convocó para tratar de comprender si el joven de Cupertino abusaba de la credibilidad popular o no. Justo delante de los jueces alineados en el Monasterio de San Gregorio Armeno, José tuvo una levitación. Por lo tanto, fue absuelto de todos los cargos, pero el Santo Oficio lo confinó en aislamiento, lejos de las multitudes. El futuro santo pasó, por lo tanto, de un convento a otro -Roma, Asís, Pietrarubbia, Fossombrone- hasta Osimo, cerca de Ancona. Aquí, finalmente, llegó en 1656, a instancias del Papa Alejandro VII, donde encontró la paz. Permaneció allí ininterrumpidamente hasta su muerte, llevando siempre una vida humilde al servicio del prójimo, y en conversación amorosa con Dios en el cúlmen de la celebración eucarística: "Esto es lo que debemos hacer -explicó a un cohermano-, dejar el mundo, continuar nuestra oración y predisponer la 'gruta' de nuestro corazón para ofrecer a Jesucristo el intelecto, la memoria y la voluntad".

Su muerte y la oración del estudiante
La muerte lo sorprendió el 18 de septiembre de 1663, a la edad de 60 años. Benedicto XIV lo beatificó en 1753, mientras que Clemente XIII lo proclamó santo el 16 de julio de 1767. Hoy, las reliquias de sus restos descansan dentro de una urna de bronce dorado, en la cripta de la Iglesia de Osimo, dedicada a él. También se ha erigido un santuario en su honor en Cupertino, sobre el establo donde nació

12/09/2025

Cruz de pared de 13 cm
12/09/2025

Cruz de pared de 13 cm

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26/08/2025

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San Ceferino nació el 26 de agosto de 1886 en Chimpay, Río Negro.
La historia de Ceferino y los religiosos salesianos comenzó cuando vivía en Chimpay. En esa época, la Iglesia Católica ya había comenzado con su misión evangelizadora. En una de sus excursiones misioneras, los padres salesiano de la orden de Don Bosco llegaron a Chimpay y bautizaron a Ceferino, de ocho años de edad.
Años más tarde, el destino impuesto a Ceferino lo encontró en el Colegio Salesiano de Buenos Aires.
En 1901, tras cuatro años de estudio, su salud comenzó a deteriorarse. Ceferino sufrió de un fuerte malestar en los pulmones por lo que los salesianos lo trasladaron a otra sede del Colegio, ubicada en Viedma, donde las condiciones climáticas eran más favorables para su salud. Ceferino se instaló allí junto con su guía espiritual, el Monseñor Cagliero, aunque su padecimiento no mejoró. La tuberculosis lo había enfermado de manera irreversible.
En abril de 1904, monseñor Cagliero es nombrado arzobispo y llamado a Roma por el Papa Pío X. Pese a su enfermedad, Ceferino viajó con él. En agosto de ese año, desembarcaron en Roma y se entrevistaron con el Papa, a quien Ceferino le regaló un poncho de lana de guanaco.
Ceferino murió el 11 de mayo, a los 18 años de edad.

16/08/2025

San Roque, patrono de los perros y los enfermos. Era hijo del gobernador de Montepellier, lugar donde nació en 1378, y a la edad de 20 años quedó huérfano de ambos padres. Durante la epidemia de peste que se desató por aquella época en Italia, el santo se dedicó a asistir a los enfermos y consiguió curar a muchos más tan sólo con hacer sobre ellos la señal de la cruz.

Estando en Piacenza, trabajando en uno de los hospitales, el santo contrajo la mortal enfermedad. Como no quizo ser una carga para ningún hospital, decidió trasladarse a las fueras de la ciudad, instalándose en una caverna. Sin embargo, un perro lo alimentó milagrosamente, y el amo del animal acabó por descubrir a San Roque brindandole cuidados y atención.

Cuando recobró las fuerzas, el santo volvió a la ciudad donde curó milagrosamente a muchas personas y numerosas cabezas de ganado. Retornó a Montepellier donde su tío no lo reconoció y lo dejó en el abandono. San Roque fue arrestado, probablemente porque fue confundido erróneamente por un espía, permaneciendo en la cárcel por cinco años donde finalmente falleció.

Souvenirs para comunión
15/08/2025

Souvenirs para comunión

07/08/2025

Cada 7 de agosto la Iglesia Católica celebra a San Cayetano, patrono del pan y del trabajo.
Nació en Vicenza (Italia) el 1 de octubre de 1480, y murió en Nápoles el 7 de agosto de 1547. Estudió en la Universidad de Padua donde obtuvo, en 1504, el doble doctorado en derecho civil y canónico.

Acabados sus estudios, Cayetano se mudó a Roma, donde lo nombraron protonotario apostólico del Papa Julio II. Estando al servicio del Papa, llegó a participar del V Concilio de Letrán. Cuando el Pontífice murió en 1513, Cayetano dejó la vida cortesana y empezó a prepararse para el sacerdocio. Fue ordenado unos años después, cumplidos los 35.

Por ese entonces funda el “Oratorio del Amor Divino” (1516).
Fundó asociaciones llamadas "Montes de piedad" (Montepíos) que se dedicaban a prestar dinero a gentes muy pobres con bajísimos intereses.

Sentía un inmenso amor por Nuestro Señor, y lo adoraba especialmente en la Sagrada Hostia en la Eucaristía y recordando la santa infancia de Jesús. Su imagen preferida era la del Divino Niño Jesús.

La gente lo llamaba: "El padrecito que es muy sabio, pero a la vez muy santo".

Los ratos libres los dedicaba, donde quiera que estuviera, a atender a los enfermos en los hospitales, especialmente a los más abandonados y repugnantes.

Un día en su casa de religioso no había nada para comer porque todos habían repartido sus bienes entre los pobres. San Cayetano se fue al altar y dando unos golpecitos en la puerta del Sagrario donde estaban las Santas Hostias, le dijo con toda confianza: "Jesús amado, te recuerdo que no tenemos hoy nada para comer". Al poco rato llegaron unas mulas trayendo muy buena cantidad de provisiones, y los arrieros no quisieron decir de dónde las enviaban.

En su última enfermedad el médico aconsejó que lo acostaran sobre un colchón de lana y el santo exclamó: "Mi Salvador murió sobre una tosca cruz. Por favor permítame a mí que soy un pobre pecador, morir sobre unas tablas". Y así murió el 7 de agosto del año 1547, en Nápoles, a la edad de 67 años, desgastado de tanto trabajar por conseguir la santificación de las almas.

En seguida empezaron a conseguirse milagros por su intercesión y el Sumo Pontífice lo declaró santo en 1671.

Cada 11 de julio la Iglesia Católica celebra a San Benito de Nursia, fundador del monacato occidental, patriarca de los ...
11/07/2025

Cada 11 de julio la Iglesia Católica celebra a San Benito de Nursia, fundador del monacato occidental, patriarca de los monjes de Occidente y patrono de Europa. También se le conoce como San Benito, Abad.

Dios a tiempo completo
La máxima de vida de San Benito -con la que ha inspirado a la cristiandad a lo largo de los siglos- fue “ora et labora” (ora y trabaja), síntesis perfecta de su propuesta de vida y un llamado a la unidad entre contemplación y acción.

El legado de este gran santo ha influido de manera definitiva en la formación y desarrollo del monacato -para aquellos hombres y mujeres llamados a buscar a Dios en la soledad y el silencio-, y hoy, tras muchos siglos, sigue inspirando a quienes asumen la tarea de hacer de la oración acción, y de la acción oración. El ideal de San Benito siempre fue la entrega completa del monje a Dios: una entrega a tiempo completo.

Dios en el silencio
San Benito nació en Nursia (Italia), en el año 480. Tuvo una hermana melliza, Escolástica, quien también alcanzaría la santidad. Después de haber estudiado retórica y filosofía en Roma, Benito se retiró a la ciudad de Enfide (actual Affile) para dedicarse con mayor profundidad al estudio y la disciplina ascética.

No conforme con lo logrado hasta entonces, con 20 años el santo marchó hacia el monte Subiaco para vivir en absoluta soledad. Allí se instaló en una cueva. Más tarde se haría de la guía espiritual de un ermitaño. Años después, como parte de su búsqueda, se unió a los monjes de Vicovaro, quienes lo eligieron prior en virtud de su espíritu disciplinado.

En Vicovaro brotaron las primeras animadversiones contra Benito, aparecidas en los corazones de los monjes que no estaban de acuerdo con la disciplina impuesta por el santo. Algunos de sus hermanos en el monasterio llegaron incluso a conspirar para asesinarlo.

Cuenta la tradición que un día, a la hora de los alimentos, uno de los monjes le sirvió a Benito un vaso con agua envenenada. El abad lo recibió y lo puso sobre la mesa frente a sí. Antes de beber, como de costumbre, hizo la señal de la cruz y sin querer golpeó la copa, que cayó al suelo, haciéndose pedazos. Un sospechoso alboroto se produjo tras el hecho que acabó con los conspiradores, quienes quedaron en evidencia. Esto precipitó que San Benito se aleje de aquel monasterio definitivamente, no sin antes reprochar a aquellos “hombres de Dios” la gravedad de sus actos.

Edificador de Europa
Pasado aquel triste episodio, acompañado de un grupo de jóvenes animados por su enseñanza, Benito se dedicó a la fundación y organización de otros monasterios por diversos lugares de la Europa central, entre los que destacó el construido en Monte Cassino (Italia).

Convencido de que la vida monástica requiere orden y armonía, se animó a escribir su famosa Regla, que ha servido de apoyo para un sin fin de otros reglamentos de comunidades religiosas a lo largo del tiempo. Paralelamente, el abad trabajó en hacer de sus monasterios auténticos centros de formación humana y espiritual, en los que se preservaba la cultura y la tradición.
Gracias a estas notas características, su proyecto cobró forma y se convirtió en una suerte de red cultural y espiritual que enlazó a la Europa de aquel entonces. El estilo de vida monástico suscitó tal entusiasmo que miles de cristianos se descubrieron llamados a dejar el mundo atrás para dedicarse a Dios en los silenciosos claustros de un monasterio.

El monacato europeo sirvió de base para la expansión de la cultura cristiana en el Viejo Continente. La red de monasterios repartidos por todos lados fue semilla de los sistemas educativos y se convirtió en la reserva cultural de Occidente. La mayoría de ciudades importantes de la Europa de hoy surgieron alrededor de algún monasterio, o se organizaron siguiendo su ritmo e inspiración.

El deber de un monje
Siempre que se presta atención a la figura de San Benito se debe hacer con respeto y cuidado. La tentación de reducir su gesta a un intento puramente organizacional resultado de cierta obsesión con la disciplina constituye un error. Incurrir en una simplificación de esa magnitud sólo puede conducir a una seguidilla de malas interpretaciones. Nada más lejos que identificar la belleza de la vida religiosa con sacrificios exteriores carentes de sentido.

Se debe tener presente que Benito, padre del monacato, fue antes que cualquier cosa un hombre de oración, una persona consciente de que el tiempo dedicado a Dios es indispensable para transformar la vida y construir el bien común. La práctica de la caridad debe ir siempre unida a la relación íntima con Dios.

24/06/2025

Cada 24 de junio, la Iglesia Católica celebra la Solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista.

Anunciado por el ángel
En el primer capítulo del Evangelio de San Lucas se dice cómo Zacarías, sacerdote judío casado con Isabel, no había podido tener hijos ya que su mujer era estéril y de edad avanzada. Entonces, el ángel Gabriel se le aparece, a la derecha del altar, y le dice que su esposa tendrá un hijo que será el precursor del Mesías, y a quien él deberá llamar “Juan”. Sin embargo, Zacarías, presa del miedo, dudó de que esto fuera posible, y quedó mudo “hasta que todo se cumplió”.

Después de que el ángel Gabriel se le apareció a la Virgen María para anunciarle que sería la madre del Salvador, Ella, la “llena de gracia”, partió a ver a su prima Isabel, que estaba encinta, y se quedó para ayudarla hasta que su niño nazca. Ese niño, nacido de la mujer a la que llamaban estéril, era Juan, “voz que clama en el desierto”, el hombre que habría de allanar el camino del Mesías. Juan Bautista nació seis meses antes que Jesucristo.

13/06/2025

San Antonio de Padua, conocido también como San Antonio de Lisboa por el lugar donde nació (Portugal en 1195) , perteneció a una familia de origen noble. Su nombre secular fue Fernando Martim de Bulhões e Taveira Azevedo. De niño fue consagrado a la Santísima Virgen.

En su adolescencia temprana estuvo rodeado de frivolidades que supo bien rechazar después, ayudado por la gracia de Dios. La consecuente experiencia de libertad iría forjando una amistad sincera con el Señor, que duraría toda la vida.

Como los buenos amigos se tratan con frecuencia, el futuro Antonio no perdía oportunidad para ponerse de rodillas frente al Santísimo Sacramento.
A través de la oración entendió muy bien que sólo Dios fortalece.
Aprendida la lección, a los 15 años ingresó a los Canónigos Regulares de San Agustín; aunque diez años más tarde ingresaría a los Frailes Menores Franciscanos.

Fernando” fue admitido en la Orden Franciscana a inicios de 1221; entonces, cambiaría su nombre por el de “Antonio”. Pronto, el novel fraile participaría en Asís (Italia) en el capítulo general de la Orden y más adelante sería enviado a predicar por pueblos y ciudades.

Exhausto y enfermo, hacia el final de sus días, el santo se retiró a los bosques de las afueras de Padua para reponerse y orar. Viendo que el fin era inminente, pidió regresar, pero solo llegó hasta los límites de la ciudad.

El 13 de junio de 1231, Antonio recibió los últimos sacramentos, entonó un canto a la Virgen con dificultad y, antes de partir a la Casa del Padre, dijo sonriente: "Veo venir a Nuestro Señor". Tenía solo 35 años. Fue canonizado por el Papa Gregorio IX antes de que transcurra siquiera un año de su muerte, y declarado Doctor de la Iglesia en el siglo XX por el Papa Pío XII.

25/05/2025

Oración por la Patria
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados. Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación, una nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios para amar a todos sin excluir a nadie, privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden, aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor, cercanos a María, que desde Luján nos dice: ­Argentina! ­Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. Amén.

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