12/04/2024
La mayoría de las veces que llegan pacientes a consulta con psicopedagogía lo hacen por primera vez o sin haber tenido una reciente evaluación. Frente a esto, independientemente de que exista un diagnóstico o no, el primer paso para saber qué le pasa a ese niño, adolescente o adulto es realizar un proceso de evaluación, que puede ser cognitiva.
En esas primeras sesiones nos adentramos en la singularidad de esa persona, conocemos cuáles son sus fortalezas y desafíos actuales por medio de distintas técnicas: test psicométricos, observación de la conducta, cuestionario a padres y, en ocasiones, también a sus docentes.
Luego de este proceso, estamos en condiciones de perfilar un diagnóstico, plantear objetivos de tratamiento, ofrecer orientaciones a la familia y escuela o hacer derivaciones a otras áreas.
Ahora bien, nos puede ocurrir que al comenzar esta etapa evaluativa no podamos culminar ninguna técnica a pesar de que sea acorde a la edad, por diversas razones que invalidan los resultados. En este caso nos debemos preguntar:
💮¿Es esta técnica la correcta para implementar con este paciente?
💮¿Su desempeño es bajo porque no comprende realmente la consiga?
💮Si es un paciente tiene desafíos a nivel del lenguaje expresivo ¿debo usar una técnica que no requiera el uso del lenguaje oral?
En estos casos es fundamental apoyarnos en los cuestionarios a cuidadores y en la observación clínica. No nos asustemos si no podemos administrar todo lo que planificamos o si tenemos que terminar una evaluación antes de lo que creíamos.
A veces también menos es más ✨😊
¿Conoces técnicas o baterías que no requieran el uso del lenguaje expresivo?
📩Escribime si te interesa agendar un turno para evaluación 🧡(verbal y no verbal)