13/12/2024
Para los que no saben, yo soy bailarina. Empecé a tomar clases desde muy chica; creo que todos mis recuerdos están atravesados de alguna manera por la danza y el movimiento. Sin embargo, según los estándares de la danza clásica, yo nunca tuve un cuerpo virtuoso. Todo siempre me costaba mucho, y eso me llevó desde muy joven a tomar clases especiales donde el foco estaba puesto en la biomecánica del cuerpo, para poder entender qué tenía que hacer y cómo usar mi cuerpo para que los pasos me salieran técnicamente correctos o para ganar rango de amplitud.
Fue en ese proceso donde comenzó mi fascinación por esta máquina hermosa que nos lleva a todos lados de manera silenciosa. Cuando decidí dar clases, allá por el 2012, mi objetivo principal fue ofrecerle a las personas que sentían que "no podían" o que "no eran flexibles" las herramientas para que se descubrieran, tal como me pasó a mí. Descubrí que mi manera de conectar con el mundo es a través del cuerpo: las emociones, los pensamientos, el deseo de acción, todo pasa por él. La información más valiosa siempre la obtuve al escucharme y observarme físicamente.
Hoy siento que, por el tipo de vida que llevamos, la desconexión que tenemos con nuestro propio cuerpo y sus necesidades es muy grande. Mi propósito desde SOMA es acompañarlos en el camino de volver a conectar con ustedes mismos, de ir hacia adentro, de adueñarse de lo que tienen y sus posibilidades. Quiero que sepan que tenemos las herramientas para sentirnos mejor sin depender del cuchillo o de las pastillas. Aprender a confiar en nosotros mismos, cuidar nuestro cuerpo de manera integral para que nos siga sosteniendo por mucho tiempo más.
SOMA es un espacio para darle lugar y darle voz a nuestro cuerpo, para escucharlo, entenderlo y nutrirlo. Es un viaje de redescubrimiento y empoderamiento, un lugar donde aprendemos que somos más capaces de lo que pensamos y que nuestro cuerpo siempre puede sorprendernos.
Gracias a todos los que fueron parte de SOMA este 2024. Soy muy feliz de acompañarnos.