17/09/2025
Síndrome de agotamiento del cuidador
El síndrome de agotamiento del cuidador, también conocido como "burnout del cuidador", se refiere a un estado de agotamiento físico, emocional y mental que experimentan las personas que brindan cuidado continuo y prolongado a alguien con necesidades especiales, como un ser querido con problemas de salud física, mental, discapacidad, adicciones, deterioro cognitivo o cualquier tipo de enfermedad o impedimento crónico.
Puede afectar a cualquier cuidador, ya sea un miembro de la familia, un amigo cercano o un profesional de la salud (en este caso hablamos de burnout). El cuidado constante y las demandas emocionales y físicas asociadas pueden sobrepasar la capacidad de afrontamiento de una persona, lo que lleva al agotamiento y al deterioro de su bienestar general.
En general es poco frecuente que alguien llegue a la consulta por este motivo, pues habitualmente los síntomas van instalándose gradualmente y agravándose a mediano o largo plazo (muchas veces años), incluso es muy habitual que la consulta se realice mucho tiempo después de que el paciente que debió ser cuidado ha fallecido, lo cual genera un gran desconcierto en el cuidador ya que no entiende el motivo de la sintomatología o su vinculación con la experiencia vivida.
Habitualmente el que debe estar al cuidado permanente y prolongado de una persona, mucho más de un ser cercano y querido, lo realiza de un modo espontáneo, con toda voluntad y sacrificio tanto por afecto como por responsabilidad, sin especular o medir las consecuencias en pos de brindar todo lo que esté a su alcance. Lo mismo vale para el entorno familiar, aunque no siempre, pues muchas veces el cuidado queda circunscripto o limitado a uno de sus miembros, con lo que el riesgo del agotamiento es mucho mayor. Y esto es porque el cuidado constante y las demandas emocionales y físicas pueden sobrepasar las capacidades y los recursos produciendo un agotamiento y deterioro paulatino.
Es importante tener en cuenta que la sintomatología puede variar de una persona a otra y depende de varios factores, como la gravedad del receptor del cuidado (el paciente), el apoyo y recursos disponibles (personales, familiares, acceso a una obra social o institución de salud, etc.) y las características y capacidades del cuidador, pues muchas veces las situaciones son complejas por su propio estado de salud, edad, situación familiar, económica, etc.
El síndrome de agotamiento del cuidador se caracteriza por una combinación de síntomas físicos, emocionales y cognitivos. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
1. Agotamiento físico: Los cuidadores suelen experimentar una sensación constante de fatiga y agotamiento físico debido a las demandas físicas del cuidado, como levantar y mover a la persona a la que cuidan, administrar medicamentos o asistir en las actividades diarias.
2. Agotamiento emocional: El cuidado de alguien con necesidades especiales puede ser emocionalmente agotador. Los cuidadores pueden sentirse abrumados por la tristeza, la preocupación, la ansiedad y el estrés crónico asociados con la situación de cuidado.
3. Cambios en el estado de ánimo: El síndrome de agotamiento del cuidador puede provocar cambios de humor significativos. Los cuidadores pueden pasar de la irritabilidad y la frustración a la tristeza y la depresión. También pueden experimentar una disminución en la capacidad de experimentar emociones positivas.
4. Sentimientos de culpa y resentimiento: Los cuidadores a menudo experimentan sentimientos de culpa por no poder satisfacer todas las necesidades de la persona a la que cuidan o por tomar tiempo para sí mismos. También pueden experimentar resentimiento hacia la persona que requiere cuidados, especialmente si sienten que su propia vida y necesidades están siendo descuidadas.
5. Aislamiento social: El cuidado constante puede llevar a los cuidadores a aislarse socialmente. Pueden sentirse atrapados en sus responsabilidades y descuidar sus relaciones personales y actividades sociales, lo que puede generar sentimientos de soledad y aislamiento.
6. Pérdida de identidad: El papel de cuidador a tiempo completo puede hacer que los cuidadores se sientan atrapados y pierdan su propia identidad. Pueden dejar de lado sus propias metas, intereses y pasiones, lo que puede afectar negativamente su bienestar emocional.
7. Problemas de salud física y mental: El estrés prolongado del cuidado puede tener un impacto negativo en la salud física y mental del cuidador. Pueden experimentar problemas de sueño, dolores de cabeza, problemas digestivos, depresión, ansiedad u otros trastornos relacionados con el estrés.
(sigue)
´´Dr. Miguel Angel de Boer
Médico Psiquiatra – Psicoterapeuta
Comodoro Rivadavia, septiembre 17, 2025
Argentina
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