
16/05/2023
🔵 Un año y medio esperó Romina R., madre de Tadeo, de cinco años, antes de conseguir una fonoaudióloga para iniciar el tratamiento, desde que los especialistas –pediatra, psicólogo, psicopedagoga– le indicaron que, además de las otras terapias, su hijo tenía que iniciar un tratamiento por su demora en el desarrollo del habla.
💬 “Es desesperante porque por un lado el pediatra y en la escuela me decían que no nos demoráramos, porque esto le afectaba en otras áreas del aprendizaje, pero a la vez, nadie tenía turno. Me anoté en más de 15 centros, hasta que hace unos meses finalmente, después de conseguir el certificado de discapacidad, me llamaron de un centro que había un turno. Casi me pongo a llorar cuando me llamaron", cuenta Romina
👉 Lo que describe es parte del derrotero que viven hoy la mayoría de las familias cuyos hijos requieren la atención de un fonoaudiólogo: la falta de profesionales en esa especialidad hace que conseguir una vacante para iniciar un tratamiento sea una tortuosa odisea. Justamente, los números no son alentadores para los pacientes, aunque sí pueden mostrar una ventana de oportunidad para quienes elijan estudiar esa carrera, que demanda unos cinco años de formación y que hoy, por la poca cantidad de egresados de las tres universidades en las que se estudia en la ciudad de Buenos Aires, augura un ingreso mensual superior a los 400.000 pesos.