24/09/2020
Hoy se cumplen 10 años sin Oscar
¿Por qué Oscar Pereyra Gonzales fue tan importante para la Kinesiología en Terapia intensiva?
Desde el punto de vista científico, Oscar cambió el paradigma de la Kinesiología basada en la autoridad (aquel en el cual se asume que el más antiguo es el que más sabe) e introdujo y practicó el de la Kinesiología basada en la evidencia en la UTI. Y con un enfoque amplio e integrador: entender la fisiología, conocer los aspectos técnicos de nuestra profesión, evaluar la literatura críticamente y aplicar la mejor evidencia disponible para el cuidado de los pacientes de manera individualizada. Suena muy actual, pero él ya lo hacía hace veinte años…
Oscar participó activamente de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva. Fue miembro del Comité de Neumonología de SATI, instructor de los primeros cursos de Ventilación Mecánica, Director del Capítulo de Kinesiología. Fue protagonista de los Congresos de SATI como disertante, organizador y miembro de los Comités Científicos. Inició los Cursos Básicos de Kinesiología en Terapia intensiva, como una herramienta para difundir la especialidad entre los más jóvenes y en el interior del país, dentro del marco de los Congresos. Estos Cursos hoy llevan su nombre como recuerdo y homenaje.
Oscar entendió como nadie cuál era el rol que debía desempeñar el Kinesiólogo en la UTI, integrándose con médicos y enfermeros, formando parte activa en un equipo de trabajo multidisciplinario. Expandió las áreas de interés para que el Kinesiólogo no se identifique solamente con el cuidado de la vía aérea y la terapia de higiene bronquial, sino también con la ventilación mecánica invasiva y no invasiva, el proceso de weaning, y la rehabilitación precoz.
Desde el punto de vista docente, Oscar inició, junto con otros colegas, el Curso Superior de Kinesiología en Terapia Intensiva de SATI. Lo dirigió durante muchos años, fue su motor y su sostén. Desde allí y hasta la actualidad, el espíritu de Oscar se mantiene y se reconoce en él.
Con este curso, cambió nuestra forma de pensar. A partir de allí, hacer un curso de la especialidad dejó de ser el final de nuestra formación para pasar a ser el inicio de un camino de actualización continua.
Oscar fue un disertante brillante, con una asombrosa claridad de pensamiento. Tenía una gran capacidad para analizar críticamente la información, resumirla y transmitirla para poder aplicarla al cuidado de los pacientes. Era capaz de bajar a la práctica cotidiana los conceptos teóricos más complejos.
Oscar fue generoso. Artículo que conseguía, lo compartía de manera entusiasta. Siempre con la idea de crecer, y hacer que crezcan los demás, a través del conocimiento.
Oscar fue decisivo para el crecimiento de las Residencias de Kinesiología. Era un modelo a seguir, por lo que sabía y además por lo que hacía. Una charla brillante en un Congreso podía repetirla a un grupito de residentes de un hospital. Así de humilde era.
En una sala de Terapia Intensiva, era un maestro al lado de la cama de los pacientes. Por su conocimiento, su gran experiencia clínica y su capacidad de análisis era capaz de ver siempre “algo más” que los demás. La cantidad de profesionales que rotaron con él son testigos de ello.
Oscar generó y participó de proyectos de investigación clínica, los publicó en revistas y los presentó en Jornadas y Congresos de la especialidad. Desarrolló guías y protocolos de terapia respiratoria y ventilación mecánica. Los compartió con todo aquel que le interesara.
Oscar se desempeñó como Jefe de Kinesiología de lugares prestigiosos, como el Sanatorio Mitre y el Hospital María Ferrer, en donde su presencia es imborrable.
Sin Oscar, probablemente, la Kinesiología Intensivista no hubiera alcanzado el desarrollo, la difusión y el nivel académico y asistencial que logró en los últimos veinte años.
Para quienes lo conocimos, y tuvimos la suerte de que nos guiara en el camino profesional, es más que claro.
Porque Oscar fue un tipo excepcional, un fuera de serie.
Brillante, pero con una gran capacidad de trabajo.
Integro, porque decía lo que pensaba, y hacía lo que decía.
Oscar querido, ya pasaron diez años desde que te fuiste. Y se mezclan la emoción, la admiración, el respeto y el cariño.
Por éstas, y muchas otras cosas (algunas personales) siempre te voy a estar agradecido. Y espero que los más jóvenes, que no tuvieron la fortuna de conocerte, puedan entender porqué te extrañamos tanto.
Un gran abrazo.
Capítulo de Kinesiología Intensivista