21/03/2023
El cerebro emocional controla todo lo que rige el bienestar psicológico y una gran parte de la fisiología del cuerpo. Los desórdenes emocionales son consecuencia de disfunciones de este cerebro. Estas disfunciones tienen su origen en experiencias dolorosas vividas en el pasado y sin relación con el presente, pero que se hallan impresas de manera imborrable en el cerebro emocional.
El objetivo principal de la descodificación psicosomática es reprogramar el cerebro emocional de manera que se adapte al presente en lugar de continuar
reaccionando a situaciones del pasado. Para ello tenemos que olvidarnos de utilizar enfoques donde la razón y el lenguaje sean los protagonistas. Se trata, pues, de utilizar métodos que nos lleven al cuerpo y que tengan influencia directa sobre el cerebro emocional y, para ello hay que encontrar el sentido biológico del síntoma o enfermedad para que el enfermo/paciente tome consciencia de “para qué” su inconsciente está dando esta solución biológica” y no continúe pensando que la enfermedad es algo externo y que no tiene nada que ver con él, sino que comprenda que, dentro de ese síntoma/enfermedad, hay una información del inconsciente que le quiere decir algo. Llegar a la emoción oculta, no expresada por motivos de religión, cultura, carácter, etc. -a la que llamamos resentir-, para que la persona pueda hacerla consciente y la pueda expresar verbalmente y así comience su proceso de curación. Saber que la Biodescodificacion conduce a la persona que se encuentre enferma al siguiente paradigma: “¿Qué es lo que me ha llevado hasta aquí?, ¿Para qué mi biología se expresa de esa manera?”. Aprender y adquirir una escucha y una comprensión biológica de los síntomas que, tras un tratamiento, conducirá al enfermo de nuevo hacia la salud. Finalmente, cambiar la percepción y tener autorreferencia interior (el Ser) en vez de referencias basadas en creencias exteriores (biológicas, psicológicas, biográficas y culturales).
2.4 Las tres premisas de la Biodescodificacion
1ª- Bio-shock o Psico-Shock
Uno de los grandes aportes del Dr. Hamer, llamado Síndrome de Dick Hamer
(DHS), en memoria de su hijo.
Hay un acontecimiento lo suficientemente impactante que afecta a nivel psíquico y a nivel orgánico.
El cerebro y el cuerpo están relacionados permanentemente y, de ese modo, en
cada instante se dan shocks biológicos que se resuelven involuntariamente. El shock biológico es permanente. El azúcar que tenemos en sangre, baja cuando trabajamos. Nuestro cerebro, que controla todo el organismo, da la orden al hígado para que libere glucógeno. El azúcar vuelve a la sangre y seguimos trabajando. Pero hay un momento en que ya no hay más reserva: es el resentir: “tengo hambre”. Cuando no hay solución en el interior, la busco en el exterior.
Doy la orden a los músculos para poder comer a través de éstos. Así funciona todo el organismo: si me falta oxígeno cuando corro, mi cerebro acelera el corazón y los músculos respiratorios. Cuando no es suficiente, llegará a la conciencia que debemos parar de correr. Si no hay comida en la nevera o necesito correr porque tengo un león detrás, ya no escucho mi biología.
Esto es el Bio-shock, pues mi necesidad biológica no puede ser satisfecha. Entonces hay una solución de excepción: fabricaré más hígado, para agrandar la reserva, o voy a dilatar mis bronquios. La enfermedad es un plazo suplementario de adaptación de supervivencia. No es una solución definitiva. El conflicto está ahí para que lo superemos.
Criterios del Bio-Shock
1- Es imprevisto, inesperado: es un momento preciso, hay que buscar un momento concreto.
2- Vivido en aislamiento: lo que sentimos en nuestro interior (el resentir).
3- No vemos la solución: no puedo cambiar el mundo exterior.
4- Más o menos dramático: dará síntomas diferentes según la intensidad del drama.
El Bio-shock puede manifestarse de dos maneras, por sobrepasar el umbral de tolerancia, teniendo en cuenta que este umbral es específico para cada persona; también lo llamamos: límite superior tolerable (LST).
- Efecto Misil: la situación es muy estresante en sí misma.
- Efecto Jarra: es la gota que colma el vaso. Lo que el Dr. Salomón Sellam llama “conversión repetitiva mínima".
Cuando están los cuatro criterios, se produce una Represión y, a veces, una distorsión. Aquí se produce la Programación.
Shock->Represión->Automatización del Resentir->Ancla->Programación.
2ª- Rail o Ancla, en el lenguaje de PNL: En el momento en que hay un shock emocional, nuestro cerebro registra todo lo que nos rodea, utilizando los cinco sentidos. Cuando un acontecimiento se repite, aunque sea por semejanza, este rail, por asociación, se activa otra vez: Los humanos y los animales, resentimos sin tener conciencia de ello. En el momento que llamamos anclaje, hay una necesidad que no puede ser satisfecha: necesidad de afecto, la necesidad de proyectos, etc.
3ª- Sentido biológico del síntoma: Es bien sabido que nuestras emociones y sentimientos afectan a nuestro estado físico y nos producen diversas alteraciones, en función de cómo vivimos los acontecimientos diarios. Muchas veces, creyendo que lo que podemos hacer es muy poco o nada con respecto a esas emociones, buscamos soluciones más o menos efectivas, desde la toma de un remedio a la práctica de diversas técnicas manuales, de relajación, etc. Reprimimos nuestras auténticas emociones y sentimientos por tabúes, por educación, por conveniencia social, por creencias familiares o por educación religiosa. Esto lo hacemos la mayoría de las veces de una forma automática, inconsciente. Luego, unas horas o días más tarde, nos encontramos mal, tenemos acidez, nos duele la cabeza o la espalda. Pensamos que eso es debido a una mala postura, a una comida que no está en condiciones o simplemente al estrés cotidiano. No vamos más allá, nos quedamos en la explicación mental, en la explicación que justifica nuestro estado. Si la situación que vivimos se repite una y otra vez, entonces nuestros síntomas se cronifican y nos vemos abocados a tomar un medicamento/remedio de una forma continua. Nos metemos en una rueda de emoción, dolor moral, dolor físico y sufrimientos. No encontramos la salida, buscamos encontrarnos bien lo más pronto posible, pero no hacemos algo fundamental, que es cambiar nuestros hábitos, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, descodificar nuestras emociones atrapadas y censuradas por nosotros mismos. No escuchamos a nuestro interior que nos envía un mensaje a través del síntoma físico. Nos sentimos bloqueados, no sabemos qué dirección tomar, qué camino seguir; nos sentimos vacíos, desorientados, perdidos. Mientras, nuestro inconsciente biológico sigue actuando y mandando el mensaje sin ser escuchado. Pero éste no va a parar, va a seguir y va a aumentar en intensidad ese síntoma para que prestemos atención y, si seguimos intentando apagarlo o silenciarlo, al final el síntoma será de tal índole que tendremos que pararnos ya que nos resultará imposible seguir nuestra vida cotidiana. Es el momento de reflexión, de cuestionarnos nuestra forma de vida, de hacer un alto en el camino, de preguntarnos ¿qué me ha llevado hasta aquí? ¿Qué siento? ¿Cómo lo siento? ¿Dónde lo siento?
Es el momento de buscar otras soluciones. Pensar que quizás la respuesta está en Mí. Para ello es necesario interpretar qué me está diciendo mi Inconsciente
Biológico. La Biodescodificacion es un camino que aporta Luz a nuestro interior y nos ayuda a comprender el significado de los síntomas. Comprende que todo está codificado, que todo es información y que todo tiene un Sentido Biológico y nos sumerge en un viaje hacia nuestro más profundo ser, ampliando nuestra propia perspectiva de cada emoción restringida en un momento de dolor, frustración y desvalorización de nosotros mismos.