
20/01/2025
El secuestro amígdalas (II)
Cómo manejar el secuestro amigdalar
• Reconocer las señales: Aprender a identificar el inicio de un secuestro amigdalar (ritmo cardíaco, respiración rápida, sensación de amenaza) ayuda a detenerlo antes de que escale.
• Pausas reflexivas: Enseña a parar un momento para respirar profundamente, contar hasta 10 (o 20 o lo que haga falta) o incluso dar un paseo corto. Esto reduce la activación de la amígdala y devuelve el control a la corteza prefrontal.
• Regular las emociones: Incorpora herramientas como técnicas de respiración, o poner música que te/le ayude a volver a la calma y te/le lleve hasta otras emociones, como esa canción que siempre te pone de buen humor o te sube la moral,... Mejorará el control emocional en momentos complejos.
• Comunicación consciente: Habla desde la empatía y modela respuestas calmadas, prevendrás conflictos. Frases como: "Sé/Veo que estás/a molesto/a, pero vamos a calmarnos y después hablamos" puede ser un buen modo.
• Validación emocional: Demuestra que sus emociones importan, aunque no siempre estés de acuerdo con su reacción. Fortalece la conexión y reduce la percepción de amenaza.
Comprender el secuestro amigdalar y aplicar estrategias para manejarlo es clave para relaciones familiares más fuertes y saludables.