
24/05/2025
Llevan semanas esperando. En silencio, con paciencia, tras esa reja fría. Cada paso que oyen les da ilusión. Cada voz, una esperanza. Se levantan, mueven la cola, con los ojitos brillando por si, esta vez, sí es su momento. Pero nada cambia. Pasa un día más. Y otro. Y otro.
No entienden por qué. No han hecho nada malo. Sólo quieren ser vistos. Son dos pequeñas almas olvidadas en una esquina del refugio, esperando que alguien se detenga y les dé una oportunidad. No piden nada más. Solo amor. Solo un hogar.