31/07/2025
Estoy en riesgo de perder un dedo y hasta mi pie por mi diabetes mal controlada ..
Y todo empezó con una simple caminata en sandalias.
Sí, tenía diabetes.
Lo sabía. Pero no entendía lo que eso realmente significaba.
No usaba calzado adecuado.
Salía a la calle con chanclas, sandalias, lo que fuera cómodo.
Un día, al caminar, me hice una pequeña herida.
Algo mínimo. Ni siquiera lo noté.
Porque tengo neuropatía periférica.
Mi sensibilidad está disminuida.
No siento el dolor como antes.
No sentí el raspón. No sentí la piel abrirse.
Y como además tengo mala circulación, producto de la enfermedad arterial periférica que genera la diabetes,
esa herida —que en otra persona hubiera sanado— en mí solo empeoró.
Se abrió. Se infectó.
Se volvió una úlcera.
Al principio, intenté tratarla en casa:
Cremas. Vendas. “Reposo”.
Pero la infección seguía avanzando en silencio.
Y cuando por fin fui al médico…
la herida ya no solo estaba en la piel.
El hueso también estaba comprometido.
📍 Osteomielitis.
📍 Necrosis.
📍 Riesgo de amputación del dedo afectado.
—
Hoy, cada vez que miro mi pie, entiendo lo que no entendí antes:
Una pequeña herida, en el contexto de diabetes, nunca es “algo pequeño”.
—
Por eso te lo cuento.
Porque quizás tú también eres diabético.
Y quizás también crees que una ampolla, una rozadura o un corte “no son para tanto”.
Pero lo son.
📌 Usa siempre calzado cerrado y adecuado, preferiblemente diseñado para personas con diabetes.
📌 Revisa tus pies todos los días. Aunque no duela. Aunque no notes nada.
📌 Una herida que no molesta puede ser más peligrosa que una que sí.
📌 La mala circulación hace que la piel no cicatrice bien. Y eso abre la puerta a infecciones graves.
Cuida tus pies como cuidas tus ojos.
Porque perder un dedo, una parte de ti… deja una marca que no solo es física.
También emocional.
—
Recordatorio final: Esta publicación es informativa. No reemplaza una consulta médica. Si tienes diabetes, no ignores ningún cambio en tus pies. Tu vida puede depender de eso.
Publicación de: Mi Cuenta Médica.