
07/06/2025
Sácalo.
Sí, así como suena.
Sácalo… aunque duela. Aunque se te rompa algo por dentro. Aunque el corazón te pida que no lo hagas.
Deja que se vayan.
No importa si son familia, amigos de años, hijos que ya no quieren saber de ti, ex parejas, jefes que te hicieron sentir menos, compañeros que alguna vez llamaste hermanos.
Si ya no suman, si solo te quitan paz, si lo único que hacen es anclarte a lo que fuiste y no a lo que puedes llegar a ser… entonces déjalos ir.
No estás aquí para arrastrar vínculos rotos, ni para cargar culpas que no te corresponden.
No viniste a esta vida a aguantar en nombre del “amor”, del “compromiso” o del “deber”.
Viniste a crecer, a florecer, a respirar tranquila.
Y hay gente, lugares, memorias… que simplemente no te dejan.
Corta lazos, no por rencor, sino por amor propio.
No por debilidad, sino porque por fin entendiste que no puedes seguir alimentando vínculos que te matan de a poco.
Recupera tu espacio interior.
Haz lugar para ti, para tu calma, para tu voz, para tu vida.
Porque solo cuando sueltas lo que no es para ti…
empiezas a sanar.
Empiezas a ver con claridad.
Empiezas a sentir que puedes respirar sin el peso de lo que nunca supieron valorar.
Sácalo.
Sácalo todo.
El resentimiento, la culpa, la dependencia, el miedo, la costumbre.
Deja ir incluso esa parte de ti que ya no se reconoce por estar siempre disponible para otros.
Suelta.
Aunque tiemble el alma.
Aunque parezca que te quedas sin nada.
Porque solo cuando te vacías de lo que duele… puedes recibir lo que verdaderamente te llena.
Y ahí, justo ahí, sucede la magia.
No la de afuera, no la que esperas que alguien más te traiga.
La que siempre estuvo en ti.
Esa paz que mereces.
Esa fuerza que olvidaste.
Ese amor que no dependía de nadie más.
Perdona, sana, edifica.
Hazlo por ti.
No todos merecen quedarse en tu historia.
Y eso también es amor. Amor por ti.