15/06/2025
Para muchos, la palabra "padre" despierta ternura, protección y guía. Para otros, lamentablemente, puede estar asociada al abandono, a la ausencia, o al maltrato.
Sin embargo, la Biblia presenta a Dios como el Padre perfecto, y al hacerlo, no parte de un vacío, sino que se apoya en la realidad de la paternidad humana para que podamos comprender, aunque de forma limitada, su carácter.
Amor incondicional
Un buen padre ama a sus hijos no por lo que hacen, sino por lo que son: sus hijos.
Este amor, aunque imperfecto, apunta a una verdad mayor, el amor incondicional de Dios.
La Biblia dice que "Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" (Romanos 5:8).
Así como un padre humano consuela, perdona y permanece presente incluso cuando su hijo falla, Dios, en un nivel infinitamente superior, extiende su gracia y su fidelidad hacia sus hijos.
Protección y provisión
Los padres responsables buscan proteger a sus hijos del daño, proveer para sus necesidades y prepararlos para enfrentar la vida.
Estas acciones humanas reflejan la realidad de un Dios que es llamado “Jehová Jireh”, el Dios que provee.
Jesús mismo enseñó que si los padres humanos, siendo imperfectos, saben dar cosas buenas a sus hijos, “¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mateo 7:11).
Disciplina que forma
Aunque a veces difícil de entender, la disciplina es también una muestra de amor. Un buen padre corrige a sus hijos no por enojo ni por venganza, sino por amor, para formarlos.
Hebreos 12:6 nos recuerda que “el Señor al que ama, disciplina”. La corrección de Dios no es castigo arbitrario, sino el cuidado de un Padre que quiere hacernos crecer, madurar y parecernos más a Cristo.
Presencia fiel
Uno de los grandes regalos que puede ofrecer un padre es su presencia constante. Saber que no estamos solos frente al mundo nos da seguridad para vivir.
Dios promete: “Nunca te dejaré ni te desampararé” (Hebreos 13:5). A diferencia de muchos padres humanos que fallan en estar presentes, ya sea por distancia, errores o debilidades, Dios no se ausenta.
Su presencia es segura, aun cuando no siempre la sintamos.
Una imagen imperfecta, pero útil
Es importante reconocer que ningún padre humano puede representar perfectamente a Dios.
Incluso los mejores padres fallan, se cansan, cometen errores. Sin embargo, Dios ha querido que la paternidad terrenal, aún con sus límites, sirva como un reflejo de su corazón.
Cuando vemos a un padre humano amar con paciencia, sacrificarse por sus hijos o perdonar con ternura, vislumbramos apenas una chispa del amor eterno y perfecto del Padre celestial.
Somos amados, cuidados y conocidos por un Padre que nunca falla.
_____________________________________
📚 Te invito a conocer mis libros aquí:
https://sites.google.com/view/libros-psicologia-y-biblia/cat%C3%A1logo-de-libros