16/01/2024
Esta imagen pertenece a una estudiante universitaria, que en sólo 2 años vió cambiada su vida completamente: dejó de comer sus comidas favoritas, dejó de salir con amigas, bajó de peso, empezó a experimentar fuertes espasmos torácicos. Todos estos síntomas se desarrollaron al mismo tiempo que ella empezó a sentirse más nerviosa, agitada y preocupada por las reuniones sociales.
Históricamente estudiamos a la acalasia como un trastorno que afecta la motilidad del esófago. Sin embargo, el impacto de ésta enfermedad en la calidad de vida de los pacientes es tan importante que algunos desarrollan trastornos del estado de ánimo, incluida la depresión.
Esta historia nos recuerda que como profesionales también tenemos la oportunidad de aligerar la carga emocional que conllevan las enfermedades digestivas. La verdadera victoria de la paciente no está en la cirugía, está en la posibilidad de encontrar profesionales que sepan acompañar el dolor interno para transformar los obstáculos en valiosas oportunidades de crecimiento personal.