14/03/2024
¿POR QUÉ SOMOS AGRESIVOS?
¿Ha observado alguna vez a los animales, señor? Usted habrá estado en un gallinero; ¿ha advertido que siempre hay un pollo picoteando a otro? Existe como una orden, un mandato de picotear. Tal vez lo hayamos heredado -dominar, ser agresivos-.
Buscar una posición es una forma de agresión, ¿no? Por supuesto que lo es. Pienso que el santo que busca una posición con miras a su santidad, ¡es tan agresivo como el pollo en el gallinero!
Tal vez hemos heredado este instinto agresivo de dominar, de tener una posición. ¿Correcto? ¿Y qué es lo que hay implícito en esto, en esta agresión, en este tener una posición social (una posición que debe ser reconocida por los demás, de otro modo no es posición en absoluto)? Uno siempre tiene que estar sentado sobre la plataforma. ¿Por qué? ¿Por qué son ustedes agresivos?
Existe la agresión, ¿verdad? Cuando yo deseo una posición en la sociedad, que sea reconocida por la sociedad, ello es una forma de agresión. Ahora bien; ¿por qué soy agresivo?
El miedo puede ser la causa de esta agresión, porque la sociedad está construida de modo tal que el ciudadano que ocupa una posición de respeto es tratado con gran cortesía, mientras que el hombre que carece en absoluto de posición es tratado a puntapiés, enviado al ejército y a Vietnam para que lo maten.
¿Por qué, pues, somos agresivos? ¿Es porque tenemos miedo de ser nadie? ¡No contesten, señores, indáguenlo! Descúbranlo en sí mismos. ¿O estamos atemorizados porque ello se ha vuelto un hábito?
Buscar una posición se ha convertido en un hábito. No estamos realmente atemorizados, pero ello se ha tomado en hábito. Yo no sé si ustedes están siguiendo esto. Si es el miedo lo que nos hace agresivos, eso es una cosa; pero tal vez sea el presente contexto social que los está tornando agresivos.
Ustedes saben, señores, que se ha hecho un experimento poniendo ratas, miles de ratas, en un espacio muy pequeño. Al estar ahí ellas pierden todo sentido de la proporción. La madre que está por tener cría, la madre rata, se desentiende de lo suyo, porque la presión del espacio, la ausencia de espacio, el hecho de tener que vivir juntas tantas ratas, las enloquece. Sigan esto. De la misma manera, si la gente vive muy amontonada en una ciudad y carece de espacio, esto la vuelve también muy agresiva, violenta.
Los animales necesitan espacio para cazar. Ellos tienen derechos territoriales, como ocurre con los pájaros. Establecen su territorio y perseguirán a cualquier animal que penetre en dicho territorio. Así tienen ellos derechos territoriales y derechos sexuales; todos los animales tienen esto. Y los derechos sexuales no son de tan gran importancia como los territoriales. ¿Correcto? Por supuesto que algunos de ustedes tal vez lo conozcan todo acerca de estas cosas.
Es posible, entonces, que seamos agresivos porque carecemos físicamente de espacio suficiente en torno de nosotros. ¿Van siguiendo todo esto? Esta puede ser una de las razones por las cuales somos agresivos.
Si una familia vive en un pequeño espacio, o si diez de ustedes conviven en una pequeña casita, entonces estallan, se encolerizan por nada. De modo que el hombre debe tener espacio, y el que no tenga suficiente espacio físico puede ser uno de los motivos de su agresividad. Y también puede uno ser agresivo porque tiene miedo. ¿A cuál categoría pertenece usted? ¿Es usted agresivo porque está atemorizado?
¿Es posible en esta sociedad, tal como ella está edificada, con una cultura de esta clase -sea la cultura comunista, la cultura moderna o una cultura antigua- es posible vivir sin temor en esta sociedad?
Uno de nuestros temores es que para vivir en una sociedad tenemos que ser agresivos. Aceptemos esto por el momento: que para vivir en una sociedad cualquiera, comunista, capitalista, hindú o musulmana, ustedes tienen que ser agresivos -y en consecuencia temerosos- a fin de sobrevivir. Dejémoslo ahí. Ahora bien, ¿en qué otro nivel de nuestra existencia tenemos miedo? Puedo comprender que yo esté temeroso de no tener alimento suficiente para mañana, y que por lo tanto acopie provisiones para dos días o para un mes, y me dedique a vigilarlas para que nadie me las robe. Y que tema que el gobierno venga y haga tal cosa o tal otra; así es que tengo miedo. Eso puedo comprenderlo. Ahora bien, ¿somos agresivos sólo ahí, en ese nivel? ¿Sólo somos temerosos en ese nivel?
¿Tiene usted miedo de su vecino, o de su jefe? Miedo, usted sabe. Él podría quitarle su empleo, podría no darle el ascenso, podría no aprobar lo que usted hace. Y también puede usted temer a su esposa porque ella lo domina, lo regaña, lo intimida; o ella no es bonita. Así que uno tiene miedo. ¿Por qué? Porque uno anhela continuidad.
Vayamos más despacio. Siento tener que insistir en el avanzar muy lentamente, paso a paso. Tengo miedo de mi mujer, ¿por qué? Tengo miedo porque -esto es muy simple- ella me intimida y a mí no me gusta ser intimidado. Soy bastante sensitivo y ella es agresiva, y estoy atado a ella por el ceremonial del matrimonio, por los hijos. Y entonces tengo miedo. Ella me domina y eso no me gusta. ¿De acuerdo, señores? Estoy atemorizado por esa razón, porque soy bastante sensitivo y me agrada hacer las cosas de modo diferente. Me gusta mirar los árboles, me gusta jugar con los niños, me gusta ir tarde a la oficina, hacer esto o aquello, pero ella me intimida y a mi no me agrada que me intimiden. Este es el origen de mi miedo en relación a ella. ¿De acuerdo? Además, si me rebelo y digo: «¡No me intimides!», ella me rehusará su placer sexual, mi placer con ella. Así que tengo miedo de eso. ¿Correcto, señores? (¡Están todavía muy callados al respecto! ¡Son ustedes una generación extraordinaria!) Tengo miedo porque ella quiere armarme pendencia, etcétera. ¿Qué haré entonces? Tengo miedo y se supone que estoy en relación con ella. Ella me domina, me intimida, me manda, siente desprecio por mí. Y si yo soy un hombre fuerte, siento desprecio por ella. Ustedes saben. Entonces, ¿qué he de hacer? Estoy atemorizado. ¿Reconozco este hecho, o lo oculto diciendo, «ése es mi karma», «ése es mi condicionamiento»?, ya conocen esas quejas contra la sociedad y el medio ambiente.
Usted está atemorizado y se resigna a ello. ¿Qué le ocurre entonces? Tiene miedo y se va habituando a ese miedo. Se acostumbra a las intimidaciones, al medio ambiente, y así poco a poco se embota más y más. Gradualmente va perdiendo toda sensibilidad. No mira a los árboles que antes miraba, nunca sonríe. Así, poco a poco, se torna insensible. Esto es exactamente lo que ha ocurrido con ustedes, señoras y señores. Porque se han habituado a ello. Se han habituado a esta corrupta sociedad, a las sucias calles. No miran ni las sucias calles ni el hermoso cielo de un atardecer. Por lo tanto, el hecho de no haber comprendido ustedes el temor, los reduce a la insensibilidad. ¿Qué es lo que harán, señores? No digan simplemente, «sí, usted tiene toda la razón». El médico ha diagnosticado la enfermedad y les pregunta qué van a hacer. Ustedes se han habituado a los Upanishads, al Gita, a la suciedad, al hambre, a las provocaciones de la esposa, a las fanfarronerías de los políticos, se han vuelto totalmente insensibles, embotados. Pueden ofrecer hábiles conferencias, pueden leer, citar y todo eso, pero internamente están embotados. Por lo tanto, ¿qué harán? (Pausa). ¿No hay respuesta?
Ustedes pueden no reconocerlo, pueden decir, «bueno, tal vez yo tenga pequeños sectores bastante sensibles aquí y allá. Esos pequeños sectores carecen en absoluto de valor cuando el campo principal es insensible. ¿Qué haré entonces? Reconozco eso como un hecho. ¡Y la cuestión no es cómo librarme de él! No lo condeno. Digo: «Eso es un hecho». ¿Qué haré, pues? Bien, señores. ¿Qué haré?
Jiddu Krishnamurti