El amor puede y debe crecer entre la pareja penetrando cada faceta de su relación en felicidad y comprensión. El amor es aquel aspecto sentimental y psicológico de la relación conyugal que tiene la capacidad de profundizarse y que debe crecer de atracción a afecto hasta llegar a admiración. La mayoría de nosotros entramos en la vida conyugal con un ideal hermoso del matrimonio. Hay quienes siguieron cursos para novios, han leído sobre vida sexual, psicología y otras cosas interesantes. ¿Cuántos podemos decir después de varios años de vida en común que nuestros hogares han respondido a lo que esperábamos? Lo importante es construir juntos la felicidad conyugal con Jesucristo en nosotros. Es un fin que ha de ser perseguido, no un privilegio que se adquiere de antemano, para eso es necesario comprenderse. Hay fallas en todas las parejas que siempre se pueden corregir si los dos quieren y dejando a Dios actuar. La falla más común es la falta de transparencia, esa falta de apertura mutua, leal y completa sin la cual no hay verdadera comprensión. Una pareja que tenga el coraje de decirse todo, pasará por muchas sacudidas pero construirá un matrimonio cada vez mejor ya que todo ocultamiento será camino al fracaso. El anhelo de mi corazón y de todo el equipo de trabajo, es poder ser de ayuda a cada matrimonio cristiano a caminar Hacia Un Matrimonio Feliz solucionando problemas y conflictos, para honrar al Señor con nuestro matrimonio, familia, hijos y servirle con libertad en la Iglesia Local y en el Reino.