10/11/2021
LEER HASTA EL FINAL
ODIO, VETERINARIA Y ROSAS:
Si hay una carrera hermosa, es la de Veterinaria. Estudiamos a los animales que tanto nos gustan y nos adentramos en el pensamiento científico entendiendo cómo funciona la vida. Casi todas las Facultades de nuestro país están rodeadas de espacios verdes y los compañeros son buena onda. Los programas de estudio son difíciles y largos, pero no menos interesantes. Aprendemos desde la medicina individual de animales pequeños y grandes, domésticos y exóticos, y nos extendemos hasta la Salud Pública, la producción agropecuaria y los alimentos. Para muchos la carrera representa una gran etapa de la historia personal, casi diría un verdadero jardín de rosas, tanto sea por los pétalos como por las espinas, pero con el mismo colorido. Hasta que un día abren una tranquerita y del jardín nos largan a la calle.
En este escenario (como en tantas otras ocupaciones), nos encontramos con una enorme variación de experiencias individuales. Por eso el análisis de la profesión debiera hacerse un poco más objetivamente, apelando a hechos y cifras. Pero antes de llegar a eso, quiero insertar esta imagen: una camilla en una guardia del conurbano. Sobre ella, un hombre inconsciente con la cara deformada por hematomas. La sangre le llega hasta la chaqueta donde en el bolsillo del pecho dice su nombre y abajo "Médico Veterinario". ¿Tienen esa imagen? Perfecto... continuemos entonces con la calle y las espinas. Spoiler: ya no hay pétalos.
En los últimos tiempos han surgido informes en distintas partes del mundo relacionados con violencia hacia los veterinarios. Según la asociación británica de esta profesión, el problema es más grave en la clínica de pequeños animales, donde el 66% de los encuestados aseguraron que fueron agredidos por los tutores de mascotas.
ESTE MIERCOLES 27/10 PEDIMOS CONCIENTIZAR Y DECIR NO A LA VIOLENCIA.
LE DAMOS UNA VOZ A TODOS LOS COLEGAS ARGENTINOS AGREDIDOS FISICA O VERBALMENTE. EN PERSONA O EN REDES SOCIALES.
No pedimos que nos tiren con pétalos de rosas, pero sí que al menos aflojen con las espinas.
Roberto "Obe" Giménez es médico veterinario (UBA) - MP: 6491 y diplomado en Comunicación Científica (UNICEN)