
12/09/2025
Rinitis alérgica: un problema con solución
DRA. VIVIANA TACHELLA
Profesora Adjunta de la A.M.H.A.
Tiene como manifestaciones características: estornudos frecuentes al despertar o durante las primeras horas del día, secreción nasal clara, abundante y continua, cefalea casi constante, tensión en los senos paranasales y lagrimeo.
La rinitis alérgica, fiebre del heno o rinitis espasmódica se hace presente en la primavera o el otoño. Tiene como manifestaciones características: estornudos frecuentes al despertar o durante las primeras horas del día, secreción nasal clara, abundante y continua, obstrucción nasal con picazón de la mucosa, cefalea casi constante, tensión en los senos paranasales, congestión conjuntival y lagrimeo.
En otros estos síntomas se producen durante todo el año con síntomas menos manifiestos pero de duración indefinida.
La crisis es más aguda por la mañana y durante el día obedece a causas fortuitas como corrientes súbitas de aire, paso del sol a la sombra, etc.
La obstrucción nasal es más llamativa con compromiso de los senos paranasales.
La radiografía de los senos nos muestra la asociación de una afección de la mucosa sinusal.
Las alergias parecen aumentar con el estilo de vida que llevamos caracterizado por el uso indiscriminado de antibióticos a corta edad, la exposición a factores contaminantes o el uso de alimentos más procesados.
La herencia biológica es indiscutida en estos pacientes.
La alergia es en esencia una reacción excesiva de las defensas del organismo.
El sistema inmunitario de una persona alérgica está siempre en guardia, cuando detecta un enemigo la combate movilizando un enorme ejército de anticuerpos (Inmunoglobulinas E) que se fijan en los mastocitos (células abundantes de las vías respiratorias y digestivas) y los hacen liberar sustancias inflamatorias, entre ellas la histamina. Estas sustancias desencadenan la reacción alérgica
que se manifiesta con irritación de los ojos, moqueo, dificultad para respirar, urticaria y en casos extremos shock anafiláctico que puede resultar mortal.
Las enfermedades alérgicas adoptan diferentes formas. Un mismo alergeno puede causar estornudos a una persona y urticaria a otra.
Es muy común que una persona que haya padecido dermatitis atópica en la infancia y se haya recuperado puede contraer fiebre de heno más adelante.
En general los pacientes deambulan por los consultorios médicos en busca de una solución terapéutica adecuada. Son derivados a alergistas y sometidos a múltiples tratamientos que no producen resultados satisfactorios en el enfermo.
Cuando el médico homeópata se enfrenta a un paciente que refiere este tipo de molestias lo somete a un cuidadoso interrogatorio tratando de recabar la mayor información posible no sólo de su enfermedad sino de sus antecedentes personales y familiares.
Teniendo en cuenta que el stress muchas veces puede actuar como un factor desencadenante de esta afección habrá que hacer hincapié en los aspectos más salientes de la personalidad del paciente.
El tratamiento homeopático actúa estimulando las fuerzas naturales que promueven la curación por lo que no se puede prometer una recuperación inmediata del paciente pero sí efectiva y duradera.
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