29/05/2024
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¿QUÉ ES INTELIGENCIA EMOCIONAL?BIODESCODIFICACION CIENTIFICA ARGENTINA
Por el Prof. Andres Frontalini
Mar del Plata
Argentina
¿Qué es la inteligencia emocional y cuáles son sus formas elementales?
Qué es la inteligencia emocional y por qué necesitamos ...
Cuando hablamos de inteligencia emocional (IE), nos referimos a la habilidad de entender, usar y administrar nuestras propias emociones en formas que reduzcan el estrés, ayuden a comunicar efectivamente, empatizar con otras personas, superar desafíos y aminorar conflictos.
La inteligencia emocional, poco a poco va creando mayor conciencia en la sociedad acerca de la importancia que debemos de tener sobre las emociones, y el impacto que estos causan en nuestra manera de vivir y comportarnos, convirtiéndose en una herramienta interna fundamental para vivir de
una mejor manera.
A pesar de este interés popular (o quizá debido a ello), la inteligencia emocional ha recibido considerables críticas. En parte, la controversia se explica por la diferencia sustancial entre la
definición popular y la científica de inteligencia emocional. Además, no ha sido fácil la medición de la inteligencia emocional.
Ahora, podemos observar como ha comenzado a ser un aspecto indispensable y fundamental en la formación de los niños, en la educación escolar, para la contratación y los planes de formación en las empresas, hasta el servicio de “coaching” profesional para los líderes de las organizaciones.
La inteligencia emocional, poco a poco va creando mayor conciencia en la sociedad acerca de la importancia que debemos de tener sobre las emociones, y el impacto que estos causan en nuestra manera de vivir y comportarnos, convirtiéndose en una herramienta interna fundamental para vivir de una mejor manera.
El trabajo realizado en este campo ha generado un modelo de la inteligencia emocional de cuatro factores que sirve de guía para la investigación empírica. En este artículo explicaremos formas
de evaluar la inteligencia emocional utilizando pruebas basadas en capacidades y algunos de los hallazgos que han resultado de la aplicación de este método.//////////
¿Cuáles son los 7 tipos de inteligencia emocional?
Qué es la inteligencia emocional? 7 Conceptos básicos - Blog IEP
7 Conceptos básicos de la Inteligencia Emocional
Control emocional. ...
Comprensión y motivación. ...
Empatía y sensibilidad. ...
Resistencia emocional e iniciativa. ...
Conciencia e integridad. ...
Resiliencia y manejo de conflictos. ...
Influencia y positividad.
Antes de la “inteligencia emocional”
Los filósofos han venido debatiendo sobre la relación entre las emociones y el pensamiento desde hace al menos un par de milenios. Los estoicos de la antigua Grecia y Roma creían que las
emociones eran demasiado impulsivas e impredecibles para aportar alguna utilidad al pensamiento.
Las emociones se asociaban también a las mujeres y por tanto, según su punto de vista, representaban la debilidad, los aspectos más bajos de la humanidad. El estereotipo de las mujeres como el s**o más “emocional” aún pervive. Pese a que varios movimientos románticos pusieron sobre un pedestal a las emociones durante siglos, la visión estoica de éstas, que las asimilaba, en mayor o menor grado, a lo irracional, persistió hasta bien entrado el siglo XX.
Pero muchos conceptos se renovaron con el rápido desarrollo de la psicología moderna durante el siglo XX. Sentando las bases de una nueva aproximación a las emociones y el pensamiento, los
psicólogos articularon definiciones más amplias de la inteligencia y nuevos enfoques de la relación entre los sentimientos y el pensamiento. Ya en la década de los treinta, Robert Thorndike mencionó la posibilidad de que las personas pudieran tener una “inteligencia social”, determinada potencialidad para percibir el propio estado interno y el de los demás, motivaciones y conductas, y actuar de forma consecuente. En 1934 David Wechsler, cuyo nombre va asociado a dos conocidos tests de inteligencia,
escribió sobre los aspectos “no intelectuales” de una persona que contribuyen a la inteligencia global.
En 1983 Howard Gardner, de la Universidad de Harvard, saltó a la fama al esbozar siete formas distintas de inteligencia en su libro Frames of Mind. Gardner propuso una “inteligencia intrapersonal”,
muy similar al concepto actual de inteligencia emocional. “El punto central”, escribió, “consiste en acceder a los propios sentimientos, al propio abanico de afectos o emociones; la capacidad de efectuar
discriminaciones instantáneas entre estos sentimientos, y, finalmente, clasificarlos, estructurarlos en códigos simbólicos, utilizarlos como una herramienta para entender y guiar la conducta”.
¿Significa entonces que la “inteligencia emocional” no es más que una nueva denominación de la inteligencia
Emoción y pensamiento
Los nuevos conocimientos sobre la relación entre el pensamiento y la emoción han auspiciado el nacimiento del estudio identificaron de la inteligencia emocional.
Usando una simple tarea de toma de decisiones, Antonio R. Damasio y sus colegas, de la Universidad de Iowa, han portado pruebas convincentes de la inseparabilidad esencial de la emoción y el razonamiento. Al tomar una decisión, podemos centrarnos en los pros y los contras de las opciones disponibles. Sin embargo, Damasio ha mostrado que, en relación a los sentimientos, las decisiones que tomamos pueden no ser las que más nos convienen.
Los Dres. Peter Salovey, J. Mayer y D. Caruso, son los investigadores pioneros quienes acuñaron el concepto de inteligencia emocional, ellos consideran la inteligencia emocional como una verdadera inteligencia y la describen como una habilidad que podemos desarrollar a cualquier edad.
La expresión “inteligencia emocional” se utilizó por primera vez quizás en 1986, en una disertación inédita. Salovey, junto con John Mayer, de la Universidad de New Hampshire, la introdujeron en el
campo de la psicología en 1990. Definieron a inteligencia emocional como “la apacidad de percibir los sentimientos propios y los de los demás, distinguir entre ellos y servirse de esa información para guiar el pensamiento y la conducta de uno mismo”.
Según Santiago Delgado C. la inteligencia emocional es una habilidad para usar las emociones, para que estas nos ayuden a resolver los problemas que se nos presentan en la vida diaria de una mejor manera.
Salovey y Mayer proponen un método inteligente de manejar las emociones que incluye 4 técnicas distintas. Cada una de estas técnicas puede ser usada independientemente, pero al mismo
tiempo cada una de ellas se construye sobre la base de las otras.
Las 4 técnicas para el uso inteligente de las emociones son:
1. Identificar las Emociones en uno mismo y/o en los demás: Las emociones contienen datos, son señales que muestran los acontecimientos más importantes que suceden en nuestro mundo, tanto en el mundo interior, así como en el mundo social.
Con ésta primera técnica, nos invitan a identificar con total precisión las emociones que nos suceden a cada momento, para ser capaces de expresarlas ante los demás y alcanzar la capacidad de comunicarnos.
2. Utilizar las Emociones:
Tener el estado de ánimo adecuado para facilitar algún tipo de pensamiento. Una de las características mas sobresalientes que mencionan en su modelo, es que el modo como estamos
sintiendo influye directamente en la manera de pensar y en la naturaleza de los propios pensamientos que estamos teniendo. Además, las emociones dirigen nuestra atención hacia los acontecimientos mas importantes; para emprender una acción. Por último, el uso adecuado de las emociones, nos ayudan a guiar nuestro proceso de pensamiento para resolver los problemas que se nos presentan.
3. Comprender las Emociones:
Las emociones no son acontecimientos aleatorios, sino que tienen una serie de causas subyacentes. Las emociones cambian siguiendo una serie de reglas y, por lo tanto, pueden llegar a comprenderse. El conocimiento de las emociones se refleja en nuestro vocabulario emocional y en nuestra capacidad para realizar análisis de emociones futuras.
4. Manejar las Emociones:
Dado que las emociones contienen información e influyen en el pensamiento, necesitamos incorporarlas de forma inteligente a nuestro razonamiento, a nuestra forma de solucionar los
problemas, a nuestros juicios y a nuestra conducta. La invitación es mostrarnos abiertos a las emociones, sean o no bienvenidas, para poder elegir diferentes estrategias que aprovechen la sabiduría
que nos proporcionan nuestros sentimientos.
Estas 4 técnicas ayudan a promover nuestro crecimiento emocional e intelectual. Un aspecto muy importante por comprender acerca de la inteligencia emocional, es que no es algo opuesto a la
inteligencia racional, no es darle mas peso al aspecto emocional sobre el racional, la inteligencia emocional es el punto intermedio entre las dos, es la capacidad de combinar la emoción con la razón,
es la capacidad de combinar la pasión con la lógica.
Interesados en avanzar en el campo de las emociones, Salovey y Mayer desarrollaron una teoría que organizara los numerosos esfuerzos en la búsqueda de diferencias individuales en los procesos relacionados con las emociones. Propusieron un modelo de inteligencia emocional que resalta cuatro dominios de aptitudes relacionadas:
(a) La capacidad para percibir las emociones de forma precisa: incluye las capacidades involucradas en la identificación de las emociones en las caras, las voces, las fotografías, la música y otros estímulos
(b) La capacidad para encauzar las emociones de suerte que faciliten el pensamiento y el razonamiento; remite a la capacidad de aprovechar la información emocional para facilitar otros procesos cognitivos.
(c) La capacidad para comprender las emociones, especialmente el lenguaje de las emociones; que designa la capacidad para comprender la información sobre la relación entre las emociones, las transiciones de una emoción a otra y sirve también para ponerle un nombre a las emociones.
(d) La capacidad para controlar las propias emociones y las de los demás: constituye quizás el carácter asociado con mayor frecuencia a la definición de inteligencia emocional. La inteligencia emocional es mucho más que la pura capacidad de regular con eficacia el mal humor. Puede también desempeñar un papel importante en el mantenimiento de las emociones negativas cuando sea necesario.
De acuerdo con ese modelo de inteligencia emocional constituido por cuatro componentes, los individuos difieren en las capacidades mencionadas, diferencias que repercuten en el hogar, en la escuela y el trabajo, así como en las relaciones sociales.
////////¿Cómo saber si una persona tiene inteligencia emocional?
cuatro signos que denotan una adecuada IE.
Pensar en sus reacciones. ...
Ver las situaciones como un desafío. ...
Modificar sus emociones. ...
Ponerse en el lugar del otro.
¿Qué es inteligencia emocional 3 ejemplos?
Valorar los triunfos de los demás sin caer en comparaciones con otras personas o uno mismo. Aceptar los errores cometidos y ser capaces de perdonarse así mismo para aprender de lo ocurrido. No juzgar el hecho de sentirse bien o mal más que por lo que son: emociones transitorias que pasarán con el tiempo.
¿Cómo saber si eres una persona con inteligencia emocional?
Piensan en los sentimientos. ...
Saben dar gracias y disculparse. ...
Parar a tiempo. ...
Son empáticos. ...
Están abiertos a las críticas. ...
Son capaces de comprender . ...
Están motivados. ...
Se conocen a sí mismos.
¿Cómo poner en práctica la inteligencia emocional?
Haz una autoevaluación. ...
Identifica tus emociones. ...
Conoce tus gatilladores. ...
Desarrolla estrategias para regular tus emociones. ...
Observa cómo te relacionas con los demás. ...
Practica la escucha activa. ...
Considera cómo reaccionas a situaciones de estrés.
¿Cómo aprender a desarrollar la inteligencia emocional?
Cómo aumentar la inteligencia emocional
El primer paso para desarrollar la inteligencia emocional es aprender a reconocer nuestras emociones y sentimientos para luego comprender de dónde provienen y poder controlarlas. Además, la inteligencia emocional también implica saber relacionarse con los demás, fundamentalmente a través de la empatía.///////////////////////////////////////////////////////////
Nuestras dos mentes
Una amiga estuvo hablándome de su divorcio, un doloroso proceso de separación. Su marido se había enamorado de una compañera de trabajo y un buen día le anunció que quería irse a vivir con ella.
aquel momento siguieron meses de amargos altercados con respecto al hogar conyugal, el dinero y la custodia de los hijos. Ahora, pocos meses más tarde, me hablaba de su autonomía y de su felicidad. «Ya no pienso en él —decía, con los ojos humedecidos por las lágrimas— eso es algo que ha dejado de preocuparme.» El instante en que sus ojos se humedecieron podía perfectamente haber pasado inadvertido para mí, pero la comprensión empática (un acto de la mente emocional) de sus ojos húmedos me permitió,
más allá de las palabras (un acto de la mente racional), percatarme claramente de su evidente tristeza como si estuviera leyendo un libro abierto.
En un sentido muy real, todos nosotros tenemos dos mentes, una mente que piensa y otra mente que siente, y estas dos formas fundamentales de conocimiento interactúan para construir nuestra vida mental.
Una de ellas es la mente racional, la modalidad de comprensión de la que solemos ser conscientes, más despierta, más pensativa, más capaz de ponderar y de reflexionar. El otro tipo de conocimiento, más impulsivo y más poderoso —aunque a veces ilógico—, es la mente emocional ).
La dicotomía entre lo emocional y lo racional se asemeja a la distinción popular existente entre el «corazón» y la «cabeza». Saber que algo es cierto «en nuestro corazón» pertenece a un orden de
convicción distinto —de algún modo, un tipo de certeza más profundo— que pensarlo con la mente racional.
Existe una proporcionalidad constante entre el control emocional y el control racional sobre la mente ya que, cuanto más intenso es el sentimiento, más dominante llega a ser la mente emocional.., y más ineficaz, en consecuencia, la mente racional. Ésta es una configuración que parece derivarse de la ventaja evolutiva que
supuso disponer, durante incontables ocasiones, de emociones e intuiciones que guiaran nuestras respuestas inmediatas frente a aquellas situaciones que ponían en peligro nuestra vida, situaciones en las que detenernos a pensar en la reacción más adecuada podía tener consecuencias francamente desastrosas.
La mayor parte del tiempo, estas dos mentes —la mente emocional y la mente racional— operan en estrecha colaboración,entrelazando sus distintas formas de conocimiento para guiarnos adecuadamente a través del mundo. Habitualmente existe un equilibrio entre la mente emocional y la mente racional, un equilibrio en el que la emoción alimenta y da forma a las operaciones de la mente racional y la mente racional ajusta y a veces censura las entradas procedentes de las emociones. En todo caso, sin embargo, la mente emocional y la mente racional constituyen, como veremos, dos facultades relativamente
independientes que reflejan el funcionamiento de circuitos cerebrales distintos aunque interrelacionados. En muchísimas ocasiones, pues, estas dos mentes están exquisitamente coordinadas porque los sentimientos son esenciales para el pensamiento y lo mismo ocurre a la inversa.
Pero, cuando aparecen las pasiones, el equilibrio se rompe y la mente emocional desborda y secuestra a la mente racional.
Erasmo, el humanista del siglo XVI, describió irónicamente del siguiente modo esta tensión perenne//////////////
En opinión de Mayer, existen varios estilos diferentes de personas en cuanto a la forma de atender o tratar con sus emociones:
•La persona consciente de si misma. Como es comprensible, la persona que es consciente de sus estados de ánimo mientras los está experimentando goza de una vida emocional más desarrollada. Son personas cuya claridad emocional impregna todas las facetas de su personalidad; personas autónomas y
seguras de sus propias fronteras; personas psicológicamente sanas que tienden a tener una visión positiva de la vida; personas que, cuando caen en un estado de ánimo negativo, no le dan vueltas obsesivamente y, en consecuencia, no tardan en salir de él. Su atención, en suma, les ayuda a controlar sus emociones.
•Las personas atrapadas en sus emociones. Son personas que suelen sentirse desbordadas por sus emociones y que son incapaces de escapar de ellas, como si fueran esclavos de sus estados de ánimo.
Son personas muy volubles y no muy conscientes de sus sentimientos, y esa misma falta de perspectiva les hace sentirse abrumados y perdidos en las emociones y, en consecuencia, sienten que no pueden controlar su vida emocional y no tratan de escapar de los estados de ánimo negativos.
•Las personas que aceptan resignadamente sus emociones. Son personas que, si bien suelen percibir con claridad lo que están sintiendo, también tienden a aceptar pasivamente sus estados de ánimo y, por ello mismo, no suelen tratar de cambiarlos. Parece haber dos tipos de aceptadores, los que suelen estar de buen humor y se hallan poco motivados para cambiar su estado de ánimo y los que, a pesar de su claridad, son proclives a los estados de ánimo negativos y los aceptan con una actitud de laissez-faire que les lleva a no tratar de cambiarlos a pesar de la molestia que suponen (una pauta que suele encontrarse entre aquellas personas deprimidas que están resignadas con la situación en que se encuentran)./////////////////////////
La conciencia de uno mismo —la facultad que trata de fortalecer la psicoterapia— es fundamental para la introspección psicológica. De hecho, el modelo de la inteligencia intrapsíquica que sigue Howard
Gardner es el propuesto por Carl Gustav Jung, el gran cartógrafo de la dinámica oculta del psiquismo. Comoseñaló claramente Freíd, gran parte de nuestra vida emocional es inconsciente, y nuestros sentimientos no siempre logran cruzar el umbral de la conciencia. La verificación empírica de este axioma psicológico procede, por ejemplo, de los experimentos sobre las emociones inconscientes, como el descubrimiento de que las personas relacionan concretamente cosas que ni siquiera saben que han visto anteriormente.
Cualquier emoción puede ser —y normalmente es— inconsciente.
El correlato fisiológico de la emoción suele tener lugar antes de que la persona sea consciente del sentimiento que le corresponde. Cuando, por ejemplo, a las personas que temen a las serpientes se les muestra la imagen de una serpiente, sensores convenientemente colocados en su piel detectan el sudor —
un signo de ansiedad— antes de que los sujetos afirmen experimentar miedo. Y esta respuesta tiene lugar aun en el caso de que el sujeto se vea expuesto a la imagen una fracción tan corta de tiempo que no tenga la menor idea consciente de lo que ha visto y que sólo sepa que está comenzando a sentirse ansioso. Sin
embargo, en la medida en que esa emoción preconsciente sigue intensificándose, llega un momento en el que logra atravesar el umbral y emerge en la conciencia. Existen, pues, dos niveles de la emoción, un nivel consciente y otro inconsciente, y el momento en que llega a la conciencia constituye el jalón que indica su
registro por el córtex frontal.
Pero. aunque no tengamos la menor idea de ellas, el hecho es que las emociones que bullen bajo el umbral de la conciencia pueden tener un poderoso impacto en nuestra forma de percibir y de reaccionar.
Tornemos, por ejemplo, el caso de alguien que haya tenido un encuentro desagradable y que luego permanezca irritable durante muchas horas, sintiéndose insultado por el menor motivo y respondiendo mal a la menor insinuación. El sujeto puede ser completamente inconsciente de su susceptibilidad y sorprenderse
mucho si alguien le llama la atención a este respecto, aunque no cabe la menor duda de que las emociones están bullendo en su interior y son las que dictan sus ariscas respuestas.
Pero una vez que el sujeto toma conciencia de este hecho —una vez que su córtex lo registra—, puede evaluar las cosas de un modo nuevo, decidir dejar a un lado los sentimientos que experimento aquel día y transformar así su visión y su estado de ánimo.
Así es como la conciencia emocional de uno mismo conduce al siguiente elemento constitutivo esencial de la inteligencia emocional: la capacidad de desembarazarse de los estados de ánimo negativos.