16/10/2025
𝐄𝐥 𝐦𝐚𝐲𝐨𝐫 𝐚𝐜𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐯𝐢𝐨𝐥𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐞𝐬 𝐥𝐚 𝐢𝐧𝐝𝐢𝐟𝐞𝐫𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚.
👉 No es el grito ni el golpe lo que más cicatrices deja.
Es el silencio prolongado, la mirada esquiva, la ausencia calculada.
🖐️Cuando alguien elige no hablar, no explicar o no conectar, el otro se queda en una ruleta de interpretaciones encendiendo todos sus programas inconscientes: culpa, miedo, confusión, ansiedad, deseo de entender qué está pasando.
La indiferencia no deja marcas visibles, pero desestabiliza.
Activa el sistema nervioso, altera el sueño, aumenta el cortisol y hace que la mente entre en sobrepensamiento constante.
Y sí, también es un acto de poder: el de quien usa el silencio como arma para mantener al otro en la incertidumbre.
Según estudios sobre dinámicas vinculares y género, los hombres son quienes más tienden a ejercer la indiferencia como forma de control emocional.
No necesariamente porque sean fríos, sino porque fueron educados para reprimir lo que sienten, evitar mostrarse vulnerables y callar en lugar de abrirse.
Pero ese silencio, lejos de proteger, se vuelve violencia emocional.
Si callás por miedo, por enojo o por costumbre, revisá lo que hay detrás de esa programación.
Y si sos quien sufre la indiferencia, entendé que no estás loco ni exagerando: estás frente a una forma invisible de violencia que altera tu cuerpo, tu mente y tu alma.
🌿 Sanar también es volver a hablar, a sentir y a ponerle nombre a lo que duele.
Si sentís que tus “programaciones” internas te sabotean, que callar o soportar se volvió tu refugio, te invito a trabajarlo juntos.
A reprogramar desde la raíz.
Consultas con Verónica Andrea Gómez
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