29/10/2023
Pasamos nuestra vida intentando escapar a nuestros vacíos, nuestras pequeñas muertes. Nos resistimos a transformarnos reiterando patrones, conductas seguras, que nos hacen sentir a salvo. Volvemos a apretar los mismos botones, de forma automática. El control es la respuesta a las posibles muertes mentales, emocionales, físicas y espirituales que la vida nos presenta. Cerramos, negamos, reprimimos, explicamos. En la muerte solo habita el vacío de ese intercambio de lo que se va para dar lugar a lo nuevo. Recordar que no podemos controlar nos pone a la vez más rígidos. Y lo rígido se vuelve frágil.
En esta temporada de transformación lo que está emergiendo es lo más profundo del ser que está pidiendo un nuevo nivel de experiencia. Y si la respuesta automática es aferrarse, que sea a nuevas formas.
Déjarse ser.