17/07/2024
CUANDO LAS EXPECTATIVAS SE ROMPEN Y HAY QUE SALIR ADELANTE
Por lo general, la mayoría de las enfermedades humanas si bien son provocadas por impactos emocionales mal gestionados, también son la consecuencia de haber colocado todas nuestras expectativas en los lugares equivocados.
Las personas, la gran mayoría de las personas, vivimos todos los días con centenares de expectativas. Tenemos expectativas a corto plazo, como por ejemplo, esperar una llamada de alguien especial o que desayuno contenga aquel alimento que se nos antoja desde anoche.
Esas expectativas podrán parecer poco importantes, pero conforme crecen en tamaño, crecen de igual modo en importancia.
Yo por lo pronto tengo la expectativa para el día de hoy, de que no llueva temprano porque quiero ir a comprar unas cosas que me hacen falta y provechar la tarde – noche para ello sin mojarme.
Y lo cierto es que si llueve en la noche, de igual modo saldré a hacer mis compras, aunque llueva y me moje, porque finalmente no es una gran expectativa.
Pero hay aquellas expectativas que realmente pueden transformar nuestra vida radicalmente.
Expectativas que se convierten en verdaderos demonios sobre nuestras cabezas y corazones, que nos destrozan las vida en caso de no ser cumplidas y en el mejor de los casos, tan sólo nos enferman.
Qué hay de esos padres cuyo más grande sueño y expectativa está en ser padres y jamás logran un embarazo.
Qué hay de aquella mujer que colocó todas sus expectativas en el chico de al lado y se imaginó junto a él una vida plena y juntos.
Qué hay de aquellos jóvenes que viven su vida con la expectativa de heredar la cuenta bancaria de los padres.
Cuando esas expectativas no se cumplen, la vida queda hecha pedazos. Porque sentimos que ya no vale la pena vivir.
Y no se trata de “no tener expectativas”, no no es eso.
Se trata de que cuando creamos una expectativa, pensemos a la misma vez en el plan B y en lo que pasaría si no se cumple.
Y sería algo como:
“Yo me caso enamorada, queriendo que éste amor dure para toda la vida y lleguemos a viejos juntos y felices”……y el Plan B sería algo como: “Y si por cosas de la vida no funciona, yo sé que puedo salir adelante sola, volverme a enamorar y continuar con mi vida felizmente”.
“Quiero intentar con ésta idea de negocio, dar mi 100 para que funcione y sea exitoso, obtener ganancias espectaculares y vivir de él”…..y el plan B sería algo como: “Y si de aquí a dos años éste negocio no ha prosperado, me ha dado más pérdidas que ganancias, entonces lo venderé o cerraré y buscaré otra cosa que igualmente me haga feliz porque tal vez ese nuevo negocio sí funcione”.
Porque encumbramos tanto las expectativas, que cuando éstas no se cumplen, sentimos que estamos mal, que somos unos perdedores, que ya no hay más vida que esa y que jamás podremos recuperarnos.
¿Cuánta gente sale de ver una simple película en el cine con cara de profunda decepción porque ellos esperaban otra cosa?
¿Cuántas personas sienten que la vida se les acabó si se divorcian, enviudan o son abandonadas?
y, ¿Cuántas personas más se sienten frustradas porque sus hijos no estudiaron lo que ellos imaginaron o planearon?
He conocido personas que han enfermado de cánceres fulminantes tan sólo porque el amigo que los invitó a hacer un negocio los traicionó.
He conocido personas que como han basado su vida tan sólo en la sexualidad, cuando ésta ya no funciona lo mismo presentan cánceres fulminantes.
Y es triste, realmente ver en otros nuestros mismos miedos reflejados y por ello, tratar de ocultarlos.
Veo que mi madre ha puesto todas sus expectativas en mi padre y que gracias a ello ha sufrido horrores y aún con ello, yo me caso esperando lo mismo y haciendo lo mismo.
Veo cómo el hijo de mi mejor amiga ha decidido trabajar en algo muy distinto a lo que mi amiga planeó para él y cómo ella sufre con todo eso, mientras yo continuo insistiendo a mi hijo que trabaje en lo que yo quiero.
Y ojo, las dos mayores expectativas, capaces de causar la muerte por un cáncer fulminante, son todas aquellas relacionadas (curiosamente), con AMOR Y DINERO.
Nos hemos olvidado de ser felices con lo que Universo nos da, para vivir buscando aquello que creemos nos hará más felices. Nos hemos empecinado en conseguir el amor a costa de lo que sea y de ganar más dinero nomás para tirarlo en compras inútiles.
Estamos esperando que nos mantengan o que nos hereden. Estamos esperando que nos asciendan o que nos saquemos la lotería. Estamos esperando que él o ella me amen. Y así, vamos directamente a la muerte sin duda.
Todos los días vivimos esperando “algo”, vivimos esperando más. Y nos olvidamos de todo lo maravilloso que hoy ya tenemos.
Nos acostumbramos a vivir o a convivir con personas que nos hacen plenamente felices, personas a las que amamos con todo el corazón y para colmo, aderezamos esas relaciones con la frase suicida de: “Sin ti me muero” o “Sin ti no vivo”…..pero qué tontería más grande!!!!
Claro que hay que disfrutar a las personas que queremos y nos quieren hoy por hoy, y disfrutarlas al máximo. Pero señoras y señores, la vida no se termina porque dicha persona ya no esté o se vaya. Pero de broma en broma, vamos entregando NUESTRA VIDA a “otros”, cuando en realidad el Universo nos puso aquí para ser felices por nosotros mismos y con nosotros mismos.
Y podemos poner nuestra vida en un amor, en un familiar, en un dinero que recibiremos, en un negocio que abriremos, en un matrimonio futuro, pero el día en que alguna de esas expectativas se rompa, no estemos lamentando el estar enfermos, no preocupemos a los demás con nuestros cánceres o incluso los hagamos gastar por ello. No se vale.
Porque el Universo nos hizo seres conscientes, capaces de poder sobrevivir así fuéramos el último ser humano sobre la Tierra y aun cuando el dinero ni siquiera existiera.
Dejemos esos insomnios que por expectativas no nos dejan dormir y descansar. Dejemos ya de ser víctimas y tomemos el control de nuestras vidas, Creando nuestros planes A la par que pensamos y planeamos nuestros planes B.
Extraido de Akasha Sanación Integral