
30/03/2024
Muy interesante reflexión
Me asombra encontrarme a veces con personas que quieren hacer una constelación familiar pero no trabajar consigo mismas. Me resulta un contrasentido. El valor de una constelación como herramienta de trabajo terapéutico se determina por el proceso de transformación y trabajo interior que impulsa. No es algo cerrado en sí mismo; más bien se trata de una sinfonía inacabada que irá dictando nueva música si trabajamos con nosotros mismos. Creo que en algunas personas existe la idea infantil, dirigida aún por el niño tiránico y profético, de que la constelación (o cualquier otra experiencia terapéutica) hará el trabajo sin que uno tenga que hacer nada. Incluso a veces la pretensión es mucho más acrobática: «Mira, yo quisiera cambiar esto porque no me va bien en la vida, pero ¿no podría hacerse sin que tuviera que cambiar nada en mí?».
Joan Garriga
Del libro Decir sí a la vida