11/07/2025
Lou Andreas-Salomé: la mujer que desbordó a los hombres
En una Europa hecha para grandes nombres masculinos, hubo una mujer que no pidió permiso para existir, pensar ni amar. Se llamaba Lou Andreas-Salomé, y fue mucho más que una musa: fue un terremoto intelectual, una fuerza libre en una época que exigía silencio a las mujeres.
Nació en San Petersburgo en 1861, y a lo largo de su vida caminó entre genios. No a su sombra, sino de frente. Nietzsche la deseó con desesperación. Rilke la amó con devoción. Freud la respetó como colega. Y todos la escucharon.
Lou escribió, pensó, debatió. Fue una de las primeras en explorar la sexualidad femenina desde una mirada psicoanalítica. Habló de libertad, del cuerpo, del alma y del deseo. Vivió con intensidad y eligió un matrimonio abierto cuando esa idea era escándalo puro. Amó a quien quiso y como quiso.
Quince años mayor que Rilke, fue su guía, su maestra, su gran amor. Le enseñó ruso, lo acercó a Tolstói, a Pushkin, y al dolor hermoso de escribir con verdad. No fue un secreto: fue la mujer que lo hizo poeta.
Lou también estudió a Nietzsche. Lo entendió. Lo enfrentó. Y cuando él cayó en la locura, ella ya había dejado una marca indeleble en su vida.
Murió en 1937, justo antes de que la Gestapo emitiera una orden de arresto contra ella. Como si el mundo supiera que no podría encerrarla.
Porque a Lou no se la puede encarcelar ni con barrotes ni con dogmas. Fue, es y será la mujer que desbordó a los hombres.
Y caminó sola… porque sabía que valía la pena.