20/08/2020
Ciclo lunar femenino.
En la antigüedad los primeros conceptos de medida y tiempo hacen referencia al ciclo lunar y su paralelismo con el ciclo menstrual. "Menarquia" proviene del griego y significa "primera luna", y en latín se utiliza la misma palabra (mensis) para los términos "mes" y "luna", y de ahi deriva "menstruación". Muchas culturas medían el tiempo en meses lunares, y se reconocia que nuestro ciclo biológico y psíquico va en paralelo a las fases lunares. La sangre menstrual era considerada sagrada y se ofrecía en las ceremonias de fecundidad como ofrenda de vida a la Tierra. Se creía que durante la menstruación la mujer adquiere un don que la conecta con la energía creadora de la Madre Tierra y con estados de conciencia más elevados, y eran las madres y las abuelas quienes transmitían estos conocimientos a sus hijas a través de cuentos, mitos, arquetipos y rituales simbólicos, que ayudaban a comprender todos los aspectos (emocionales, corporales, sexuales, creativos y espirituales) del ciclo menstrual y lunar. Sin embargo en la actualidad, muchas mujeres están más conectadas con la industria farmacéutica, que con el ciclo lunar y ellas mismas. Ser "mujer" se ha convertido en una "enfermedad" rentable para los laboratorios que quieren tratar los procesos naturales femeninos con medicamentos. Por el camino de la historia hemos perdido la comprensión intuitiva y espiritual de nuestra naturaleza femenina. Hemos cedido a la sociedad dominante y a la medicina moderna toda nuestra naturaleza y nuestros cuerpos, dando como resultado más fármacos, más intervenciones, tratamientos hormonales, etc. Pero la gran verdad oculta es que la menstruación es mucho más que una manifestación física: es una fuente de creatividad, intuición, espiritualidad y conocimiento interior, y sobre todo fuente de poder femenino, nos alinea con los ciclos de la naturaleza y nos conecta con la profundidad de nuestro inconsciente y procesos psíquicos. Reconciliarnos con nuestra menstruación es recuperar ese conocimiento ancestral, es armonizar con los ritmos naturales, y es respetar y valorizar nuestro ciclo como sagrado.
Mar Alonso.