08/10/2025
Hace unos días atrás vi esta imagen y me gustó, me invitó a pensar en lo que muchas veces nos pasa: ansiedad, depresión, estrés, tristeza, melancolía, etc. Pero al mismo tiempo fue una invitación a desarrollar una técnica que he visto, la de "amigarnos" con lo que nos pasa, sin huir intentando no sentir. Y quería compartirlo con ustedes:
"¡Hola otra vez!
A mí ansiedad la conozco desde que tengo unos 7 u 8 años, y siempre viene a cuidarme, nada más que no entiende que ya no es necesario. Pero ¿Cómo le explico que ya soy adulta y qué, aunque no crea, sí me puedo cuidar, y sí sé qué cosas son peligrosas para mí. La trato amablemente y la dejo estar para que de a poco se vaya, pero que agotador, porque es como esas alarmas que se encienden de la nada. Con el tiempo aprendí a quererla (una forma amable de decirle), a saber que, por unos días, va a estar, y que se presenta como alerta y que no me va a dejar dormir.
Ya no le suplico que se vaya, pero que sí me de unos instantes a solas, que no sea una sombra constante y que no preciso de su compañía continua. A veces sede de día y vuelve a la noche, se cuela en los momentos que parezco más vulnerable. Acabo de entender que me cuida a su manera. Pero gracias, ya crecí y ya aprendí. Aunque también entendí que nos tocará convivir por unos días o semanas...ya lo veremos".