18/06/2023
¿Por qué y cómo tomar al Padre?
¿Qué nos da el padre?
Si el padre ocupa su lugar con responsabilidad y amor, los hijos aprenden a ocupar su propio lugar en la vida sin rivalidades; de igual modo, de nuestro padre recibimos seguridad para triunfar.
El padre ocupa un lugar diferente a la madre: es la autoridad, es firmeza, decisión y amparo. De la energía del padre tomamos la fuerza para lograr lo que queremos, el buen uso de nuestras capacidades, la habilidad para pedir lo que se quiere y el encumbramiento profesional.
Con nuestro padre, tomamos toda aquella energía del mundo exterior, es la energía que nos hace ir hacia afuera, hacía el logro de nuestras metas, hacía los objetivos que nos trazamos en la vida; es esa energía que viene de nuestro padre la que nos ayuda a poner límites en todos los ámbitos de nuestra vida. Cuando solo tomamos a nuestra madre, hay soledad y aislamiento.
“Todo niño que es separado de su padre se distancia emocionalmente del mundo, como una manera infantil de honrarlo”: Bert Hellinger
Consecuencias de excluir al padre
Al respecto, Hellinger señala que al padre se le toma a través de la madre; es la madre la que nos deja o no tomar al padre. Y es que desde la gestación tenemos una estrecha relación con ella mientras que con el padre se tiene que fomentar la relación luego del nacimiento.
Sin embargo, la madre no siempre permite esa relación y excluye al padre; lo que tiene severas consecuencias. Si una madre menoscaba o hurta la figura del padre, incapacita a sus hijos para el éxito social y siembra en sus hijos una rabia que un día ellos le devolverán. Asimismo, todo niño añora el amor de su padre, si la madre interfiere en dicho amor, le resta fuerza a su hijo.
Una relación negativa entre la figura paterna y niño desencadena una personalidad regida por el estrés; en tanto que si los hijos eligen sólo a uno de los padres se pierde el equilibrio interno y comienza el sufrimiento.
Cuando se piensa que es difícil aceptar al padre y honrarlo, y se le rechaza, por cualquiera que sea la razón, podemos quedar atorados con él, en la crítica, el reclamo, como si fuésemos aún niños esperando que nos den lo que no han podido darnos.
No obstante, lo que el padre nos da es lo que pudo darnos y no tenía más, no lo recibió de su propio padre e hizo lo mejor que tenía y sabía. Al asentir al padre tal como es, el sistema familiar nos respalda para que podamos continuar nuestra vida de la mejor forma posible según nuestro propio deseo. Sanar el vínculo con los padres es la forma de sanar nuestro vínculo con la vida.
¿Cómo tomar al padre?
Tomar o aceptar al padre nos libera, ya que nos abre aceptar en nosotros todo lo bueno que él tenemos, que para empezar es la vida y es suficiente para estar agradecida y respetarlo. Quien toma a los padres está bien consigo mismo, se siente completo.
Lo negativo del padre puede también estar en nosotros. Al tomarlo tal y como es se logra la paz con sus características y entonces puede uno cambiar dentro de sí lo que no te gusta de él. El tomar al padre nos permite separarnos de él sana y amorosamente, estar en paz y hacer nuestra vida de la mejor forma aceptando y responsabilizándonos de hacer por nosotros mismos lo que hemos exigido a él.
Cuando tomamos al padre:
Podemos tener la fuerza para tomar decisiones
Logramos trazarnos objetivos y metas y alcanzarlas
Nos aporta la capacidad de sentirnos cómodos con nosotros mismos
Tener claridad mental
Tener la capacidad de conocer y poner limites
Podemos asumir con fuerza las tareas que nos trazamos
Claridad matemática
Capacidad para emprender negocios
Tener realización profesional
créditos a su autor.