
17/05/2022
Hace algunos años el parto era un evento íntimo que se vivía en el seno del hogar con la partera empírica o alguna mujer de la familia que había tenido cierta cantidad de hijos, esto en el siglo XX cambió y los partos comenzaron a tener lugar en los hospitales, para prevenir y disminuir la mortalidad materna y neonatal. Esto mejoró el panorama de la mortalidad pero llevó al parto a ser algo médico donde la familia y los afectos fueron quedando de lado y el parto se medicalizo, y la embarazada pasó a tratarse como un paciente más, y no como una persona sana. Por esta razón se buscó la forma de lograr que el parto se pueda realizar en una institución pero que la mujer embarazada y su familia sean los protagonistas, y para ello se creó una ley. La ley 25.929, sancionada y promulgada en 2004 y finalmente reglamentada en 2015 la cual defiende los derechos de las madres, los recién nacidos/as y sus familias al momento del trabajo de parto, parto y post parto, donde está detallado los distintos derechos que deben garantizarse a la mujer, el recién nacido/a y su familia.
Esta semana se suele utilizar para concientizar sobre los derechos de las familias al momento del nacimiento.
Y vemos este año varios lemas que ya parecen eslogan.
Pero mientras todos esta semana compartimos cosas sobre el parto respetado después todo vuelve a lo de siempre y quién controla que la ley se cumpla? Quién informa a las familias para empoderarlas? Quién obliga a las obras sociales a garantizar los derechos que la ley nos dice?…
Son muchos interrogantes, que aún nosotras no podemos resolver.
Las de las fotos somos nosotras, asistiendo con amor como nos gusta, aunque siempre tuvimos burlas, risas o des tratos por tratar de brindar la atención que una persona gestante merece en el momento del parto siempre seguimos con nuestro labor, siempre con empatía, con escucha y paciencia.
No se necesita más para acompañar a una familia en el proceso de nacimiento.