12/01/2024
Prāṇāyāma
El coloquio de los cinco sentidos
Una vez, hace mucho tiempo se reunieron Lengua, Ojo, Oído, Mente,
y Respiración, aunque los cinco eran grandes amigos se inició
entre ellos una disputa, discutían para saber cuál de ellos era el más
importante para la salud del cuerpo. Le preguntaron al Dios de la
Creación, Prajapati, para saber su opinión.
“Señor, dinos ¿cuál de nosotros es el más importante?”
El sabio Prajapati sugirió una forma sencilla para aclarar este conflicto:
Sólo hay una manera de saberlo, aquel de ustedes que se vaya del
cuerpo y que cause mayores conflictos, ese, será el más importante.
El primero de ellos que habló fue Lengua, le gustaba hablar mucho,
y se ofreció como voluntario para partir del cuerpo por un tiempo, un
año después les preguntó:
Pero, ¿cómo han logrado vivir en mi ausencia?
“Como mudos, sin hablar”, respondieron. Sin embargo, eran capaces
de ver, escuchar, pensar y de respirar como si nada. Así que Lengua
no era el más importante.
Luego fue Ojo el que partió por un año, cuando regresó éste preguntó:
¿Cómo han sido capaces de vivir sin mi?, y respondieron los otros:
“Como ciegos, sin ver”, sin embargo, eran capaces de hablar,
escuchar, pensar y de respirar como si nada. Así que Ojo no era el
más importante tampoco.
Luego Oído se fue por un año, y al regresar hizo la misma pregunta,
a la cual respondieron:
“Como sordos, sin escuchar”, sin embargo eran capaces de hablar,
ver, pensar y respirar como si nada. De nuevo Oído fue descartado
como el más importante.
Se fue luego Mente por un año, y cuando regresó:
¿Cómo han sido capaces de vivir sin mí? Y respondieron:
“Como niños en los cuales la mente aún no está formada”, pero fueron
capaces de ver, escuchar, hablar y respirar como si nada. Así que la
mente tampoco era el más importante entre todos.
Ahora le tocaba su turno a Respiración, ella comenzó a alistarse
preparando las maletas para partir por un año, con sólo que pusiera
un pie afuera de la casa los otros la persiguieron casi al borde de un
desmayo, y claro, le suplicaron que no se fuera, que ellos reconocían
que ella era la más importante de la casa, y nadie estaba por encima
de ella.
Así la parábola concluye que estos cuatro no son considerados vitales,
pues no se habla de Lenguas vitales, Ojos vitales, Oídos vitales, o
Mentes vitales, pero sí de Respiraciones vitales (prana).