04/05/2019
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FILOFOBIA, MIEDO AL COMPROMISO.
Un miedo irracional a entregarse a alguien, a desnudar los sentimientos, a abrir el corazón sin reservas. Se siente pánico a estar involucrado con una persona, posiblemente esta fobia se ha desarrollado en la niñez o después de una relación traumática.
Según Mario Guerra, psicoterapeuta mexicano: “Los fóbicos al compromiso viven en constante conflicto: gritan que necesitan intimidad, pero en cuanto la encuentran salen huyendo por miedo a ser abandonados”. Esta expresión que parece exagerada, sucede a diario a nuestro alrededor.
Se observa sobre todo en aquellas relaciones que comienzan por apps o internet, donde generalmente la persona se muestra muy empática y con mucho amor para dar, buscando una “relación seria” y no es que mientan, realmente lo necesitan, pero al conseguirla, el temor a la pérdida, a ser abandonados “nuevamente” es más fuerte que el bienestar conseguido.
Iniciar una relación conlleva riesgos, comprometerse a mantenerla es como firmar un cheque en blanco nos dice Zygmunt Bauman en El arte de la vida, entonces es común que actualmente las relaciones limiten su duración a lo que dure la satisfacción, solo es válida mientras provea placer, al primer traspié, se desvanece.
¿Cuáles son los riesgos de comenzar una relación con una persona que sufre de este miedo?
Con el correr de los días, empezarás a generar expectativas de largo plazo ya que te dirá que está muy bien contigo, se reirán juntos, disfrutarán del s**o e incluso les hablará a sus amigos de vos.
Pero a medida que pase el tiempo, empezarás a sentir que inviertes mucho pero no obtienes resultados concretos. No responderá a tus mensajes como antes, ni planeará una salida o viaje juntos.
¿Por qué actúan así estas personas?
Tienen miedo a depender de alguien, sienten que perderán su libertad, siendo esto sinónimo de perder oportunidades. En otras ocasiones está relacionado con el miedo al fracaso, a que la relación no funcione y sufran. En la mayoría de los casos, el origen de esta situación está en la infancia, en lo que en psicología se denomina “apego”; la forma en que los padres hayan cuidado de ese niño es lo que genera el grado de autoestima y seguridad necesaria para que un adulto pueda establecer relaciones sanas, donde se distingan claramente los espacios privado, público y social que toda persona requiere para su salud mental.