03/04/2021
Las enfermedades psicosomáticas, o trastornos psicosomáticos, hacen alusión a enfermedades físicas donde los factores psicológicos contribuyen al origen, mantenimiento e incremento de la dolencia. Es decir, los síntomas o molestias no encajan con las posibles causas médicas y pueden ser considerados como la manifestación física de los problemas psicológicos o emocionales.
Debido a la ausencia de una causa médica orgánica que justifique el origen de los síntomas, las vivencias estresantes no elaboradas, o los conflictos psicológicos no resueltos, pueden explicar el inicio de este tipo de problemas.
En términos generales, en las enfermedades psicosomáticas se produce una interacción entre los componentes físicos y los emocionales que da lugar a la dolencia o enfermedad, de tal forma que la preocupación, la ansiedad o el bajo estado de ánimo influyen sobre el estado físico de la persona, generando los síntomas o agravando los ya presentes.
Algunos de las dolencias más destacables que suelen desencadenar las enfermedades psicosomáticas son:
*Alteraciones del sistema inmunológico (enfermedades infecciosas, problemas de alergias e intolerancias…).
*Trastornos cardiovasculares (hipertensión, arritmias, taquicardia, infartos de miocardio…).
*Alteraciones oncológicas (tumores benignos y malignos…).
*Problemas gastrointestinales (colon irritable, molestias estomacales, náuseas, vómitos…).
*Alteraciones respiratorias (asma bronquial, rinitis alérgica…).
*Trastornos endocrinos (diabetes, hipertiroidismo…).
*Problemas genitourinarios (desórdenes menstruales, infecciones de orina…).
*Alteraciones de la piel (dermatitis, psoriasis, eccemas, urticarias…).
*Dolor crónico (cefaleas, migrañas, fibromialgia…).
*Otros afecciones fisiológicas, como obesidad o delgadez extrema.