Este año, la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica y Afines de Rosario ha cumplido ochenta años de existencia. Sin embargo, no se trata sólo de celebrar el paso del tiempo: su permanencia ha vuelto relevante la necesidad contar su Historia. Porque quizás las entidades, como las personas, necesitan saber de dónde vienen para entender a dónde van. Porque de esa mirada hacia el pasado, no sólo se nutre el presente sino que se construye, también, el futuro.
El 25 de noviembre de 1938 nace la Sociedad Patronal de Confiterías, Bares y Anexos. Su presidente será el señor Francisco López Ramos.
Se sabe que la primera agrupación tuvo sede en el emblemático Pasaje Pan, sito en calle Córdoba 954. El Pasaje, que es hoy la galería más antigua de la ciudad de Rosario, había sido inaugurado en 1899. Con el correr de los años, la Historia los ubica en la calle 1 ° de mayo, lugar en el que funcionará hasta que, en 2006, se inaugure la sede actual en la calle Paraguay.
También un 25 de noviembre, pero de 1941, nace la Federación Empresaria Hotelero Gastronómica de la República Argentina y, con ella, el Día de la Hotelería Argentina. Los rosarinos Pablo Coumeres, en su carácter de presidente de la Sociedad; Pedro Giordana, como tesorero, y Fernando Coppa, en su carácter de delegado, acompañaron al flamante presidente de la Federación, Jorge Durand. Ese mismo día, la Sociedad Patronal de Confiterías, Bares y Anexos que representaban cumplía tres años.
En 1947, nace en Rosario la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías, Bares y Anexos. La voluntad de congregarse parece expandirse. La Historia señala que el final de la década del ’40 y los comienzos de la del ’50 fueron momentos críticos para las actividades hoteleras y gastronómicas que, necesariamente, se encuentran siempre vinculadas a las coyunturas políticas y económicas de la sociedad en la que se desarrollan.
En ese contexto difícil, Francisco López Ramos asumió la responsabilidad de dirigir la Federación Empresaria Hotelero Gastronómica de la República Argentina. Por este motivo, sus actividades se trasladaron a la ciudad de Rosario entre 1948 y 1952.
Se hace camino al andar[1]
El 28 de enero de 1953, la entidad que hasta ese momento se denominaba Sociedad Patronal de Confiterías, Bares y Anexos cambia su nombre a Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías, Bares y Afines de Rosario. Al mismo tiempo, se lleva a cabo una reforma del estatuto y se proyecta la Semana de la Gastronomía que alcanza su clímax en la celebración del quinto aniversario de la Asociación. Según cuentan los registros de la época, la exposición gastronómica fue un éxito. Las actividades de esa semana culminaron con un banquete en el Club Provincial.
En 1961, se lleva a cabo una gran fiesta a bordo del barco Ciudad de Rosario para celebrar el Día de la Hotelería. Los representantes de FEHGRA asisten a la celebración que incluye baile y un gran banquete a cargo de la confitería Palace. Ese año, además, se realiza una reunión de camaradería en el centro El Hornero, en la que se festeja un nuevo aniversario de la Asociación.
Para 1962, las celebraciones ya son una tradición que crece. Esta vez, la fiesta tiene lugar en la Estación Fluvial y consiste en un banquete al que asisten 450 comensales, entre ellos, miembros de las entidades afines del interior y autoridades representativas del comercio y de la industria.
Durante 1969, se fusionan la Sociedad Patronal de Confiterías, Bares y Anexos y la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías, Bares y Anexos. Ambas constituyen, de este modo, la Cámara de Hoteles, Restaurantes, Bares, Confiterías y Afines de Rosario. En esta oportunidad, la presidencia de la nueva entidad es asumida por los señores Armando Carignani y José María Madariaga.
Las sociedades cambian. A partir de la década del ’70 y, sobre todo, del ’80, el avance de los recursos tecnológicos se acelera y empieza a tener efectos concretos en la vida cotidiana. En América Latina, además, esta será una época de turbulencias, de difíciles coyunturas políticas, económicas y sociales.
Durante este período, la Cámara no permanece ajena a los cambios. Por un lado, se vuelve imperioso encontrar nuevos modos de hacer en consonancia con los tiempos que corren. Surge, en estas décadas, el deseo de posicionar Rosario como una ciudad importante en el mapa turístico de la República Argentina. Por otro lado, aparece una realidad que, hasta ese momento, había permanecido invisibilizada: cada vez son más las mujeres que ocupan lugares que, antes, sólo habían sido ocupados por hombres. Mujeres como María Eva Orlando, primero, o Claudia Díaz, después, logran incorporarse al quehacer cotidiano de la Cámara materializando, de algún modo, un cambio de paradigma acorde a las nuevas dinámicas sociales.
En 1996, se crea el Ente Turístico de la ciudad de Rosario. Se trata de un organismo mixto de cooperación pública-privada, que tiene por objetivo la planificación y concreción de propuestas para el desarrollo turístico de la ciudad de Rosario y su zona de influencia. La Cámara pasa a integrar activamente este ente, como lo hará después con otros orientados a los mismos fines.
Nuevo milenio, nuevo nombre
En 2003, la Cámara de Hoteles, Restaurantes, Bares, Confiterías y Afines de Rosario cambia su nombre y adopta el actual: Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica y Afines de Rosario.
En 2006, la Asociación inaugura, además, nueva sede y se muda oficialmente al edificio que ocupa hoy en calle Paraguay. Esta mudanza es mucho más que eso: es la concreción de un sueño, es la posibilidad de expandirse y de materializar otros, como el de la creación la Escuela Hotelero Gastronómica que abre sus puertas en 2007.
La Secretaría de Turismo de la ciudad de Rosario se crea en el año 2011. Entre sus funciones, hay una que acompaña especialmente uno de los anhelos de quienes formaron y forman parte de la Asociación: profundizar las condiciones necesarias para posicionar a Rosario como sede de congresos, ferias, exposiciones y convenciones.
Con el corazón intacto
Doce años después de la última gran transformación, la Asociación cumple 80 años. Su misión actual conserva el espíritu de los fundadores: representar y defender la actividad hotelera gastronómica de Rosario y de la región, tomando decisiones de alto impacto. Para ello, es necesario intervenir en la creación y en el desarrollo de políticas públicas y de programas empresariales; brindar asesoramiento técnico calificado; ofrecer instancias de formación continua y desarrollar acciones que representen beneficios concretos para el sector.
Integridad, trabajo en equipo, vocación de servicio: los valores que la sostienen han sobrevivido al paso del tiempo; en ellos se fundan los motivos de su permanencia.
Y es en este punto donde la mirada hacia el pasado revela su peso y se vuelve simiente: el futuro está lleno de posibilidades, la Asociación sigue escribiendo su propia Historia.
[1] Verso del poema XXIX de Antonio Machado (1875-1939).