Jóvenes por la Igualdad (JxI) es un movimiento político, social y cultural que, habiendo nacido como una agrupación de jóvenes, reúne hoy a personas de todas las edades, de distintos orígenes, que han decidido abandonar la apatía y la pasividad respecto de la situación pública de nuestro país, y nuclearse para transformar la realidad en forma colectiva. Estamos convencidos que es indispensable convocar a lo mejor de las tradiciones políticas y culturales para converger en un nuevo movimiento político y social que, con un criterio de construcción horizontal, contribuya al nacimiento de una nueva síntesis política. Afirmamos que no hay vieja o nueva política; sólo hay política democrática y responsable cuando existe coherencia entre las convicciones, la palabra y la acción. Por eso rechazamos los gestos y valoramos los testimonios. Sostenemos que la política y su práctica tienen por objeto y objetivo esencial al hombre en su humanidad y extensión social. Nuestro trabajo no se centra simplemente en el afán por demostrar transparencia, compromiso y ética. También estamos comprometidos con la construcción de un modelo social, político, económico y cultural realmente justo, entendiendo por justo aquel sistema que garantice la igualdad de oportunidades, donde el derecho a la salud, a la vivienda digna, a la alimentación, a la cultura, a una educación pública, gratuita y laica, a la identidad y a una vejez sin sobresaltos, sean expresiones concretas de las decisiones y políticas implementadas. Entendemos que la personalidad del ciudadano se enriquece a través del desempeño en el ámbito de lo público, ya que un pueblo que no tiene vida política es presa fácil de la corrupción, la usura y los especuladores de todo tipo. Un pueblo que quiere ser una unidad debe desarrollar su carácter nacional por medio de valores colectivos que se gestan en su memoria común, y se traducen en su testimonio de compromiso político. Creemos que los derechos políticos, sociales y económicos deben plasmarse en un ejercicio cotidiano, que contribuya a la construcción más democrática de la República con un verdadero sentido Federal. Peleamos contra el discurso único –propio del neoliberalismo- que profesa "el abismo", "el caos", y que simplemente siembra más incertidumbre y desazón, sin ofrecer alternativas ni soluciones; discurso que se impone dividiendo a la sociedad en segmentos que fortalecen el individualismo, generando la falsa visión de que los marginados son enemigos de quienes han logrado sobrevivir al sistema, y legitimando la creencia de que el sufrimiento social es la única salida. Este discurso único propone la discriminación del "extranjero", del "raro", del "distinto"; la seguridad a través de la "mano dura" y la represión; de la desaparición física y social; del trabajo a partir de la flexibilización; de la productividad desde la importación; de la especulación; de la usura y el ilícito como criterios de la inversión; de la educación y la salud desde el mundo privatizado. La realidad nos demuestra que, durante los últimos treinta años, los únicos "logros" de este modelo han sido que la mayoría sea segregada y se construya una sociedad de y para pocos, donde una dirigencia política y social fue asesinada; donde se agudizan los conflictos sociales, y se sostiene el desempleo más elevado de nuestra historia. Este modelo de exacción, miseria y desigualdad es el que ha devastado a la Argentina. Pero también hemos decidido enfrentarnos contra el progresismo meramente discursivo, contra el capitalismo de amigos, contra el corporativismo en el manejo de la cosa pública; contra la demagogia, la prepotencia, el autoritarismo y la utilización del otro. El modelo de la degradación moral, de la deshumanización, de la complicidad entre los que vaciaron el país y los que hicieron la vista gorda, agoniza. Asistimos al fin del régimen. Estamos comprometidos con el nacimiento de una República de Iguales impulsada por el valor de la Verdad y la necesidad de Justicia. De nuestro compromiso depende que no se lleven puesta a la Argentina.