20/06/2023
Cuando nacemos necesitamos el 100% de personas significativas que nos cuiden y nos permitan desarrollarnos.
Llegada la niñez empezamos a sentir cómo ese grupo de personas, pequeño o grande, nos cobija en el centro y podemos ver a esos adultos como las personas que lo saben y lo pueden todo. nuestros super héroes.
Esos superhéroes empiezan a debilitarse cuando llegada la adolescencia empezamos a darnos cuenta que no lo saben todo, hay veces que se equivocan y que no son todopoderosos. Ese descubrimiento saludable nos permite y habilita a mirar hacia el mundo exterior. Entonces aparecen nuestros pares. Esas personas que son iguales a nosotros con quienes nos sentimos acompañados para poder dar ese salto.
Una vez llegada a la adultez y fuera del círculo infantil por completo, podría pasarnos que seguimos mirando hacia el centro de ese círculo, no logrando aún la independencia emocional.
Lo valioso es darnos cuenta dónde nos encontramos y saber que podemos elegir cómo queremos avanzar. Una opción también es dejar de mirar ese círculo de nuestra infancia para dar lugar a conformar nuestro propio círculo independiente emocional.
Esto no implica que ya no queremos a nuestros seres queridos, no implica que seamos egoístas, sino que nos permitimos iniciar nuestro camino.